El Ayuntamiento de Madrid pondrá en marcha en enero un nuevo proceso participativo para delimitar los usos de los pioneros espacios de cogestión y el codiseño de los espacios comunes en el antiguo Mercado de Frutas y Verduras de Legazpi, han anunciado este martes la concejala-presidenta de Arganzuela y Usera, Rommy Arce, y el delegado de Economía y Hacienda, Carlos Sánchez Mato.
En la asamblea abierta celebrada en la Casa del Reloj, el Consistorio ha presentado las conclusiones del proceso participativo puesto en marcha entre abril y el pasado verano sobre los objetivos del Mercado, que acogerá una gran plaza pública conectada con Matadero y Madrid Río, huertos urbanos, una biblioteca, instalaciones para el servicio público brindado por los trabajadores municipales y mil metros cuadrados para la cogestión ciudadana.
El proyecto podría concentrar los equipamientos en las esquinas. Podría incorporar varios espacios autogestionados, la Oficina municipal de Objetos Perdidos, áreas para la administración y unas dependencias de la Agencia Tributaria.
Mil metros para espacios de autogestión ciudadana
Rommy Arce ha destacado que uno de los compromisos de Ahora Madrid pasa por habilitar espacios de autogestión ciudadana, desarrollados en mil metros cuadrados, para desarrollar propuestas de carácter educativo, cultural, social, entre otras.
La concejala espera que la cesión para las propuestas ciudadanas se haga efectiva a lo largo de este mes de diciembre o a principios de 2017. Vecinos presentes han aplaudido la iniciativa pero consideran que el espacio a ceder sigue siendo «pequeño».
Carlos Sánchez Mato, por su parte, ha apostillado que el camino «no puede ser eterno porque se necesitan esos equipamientos». «Cada año nos caen un porrón de millones de euros por alquileres por no usar edificios que tenemos que reformar y poner a disposición de todos. Por eso hay que empezar ya», ha defendido.
«Ha sido un diálogo que ha tenido sus más y sus menos pero hemos alcanzado grandes consensos», ha asegurado Arce durante la sesión, en la que también ha estado presente el concejal de Ciudadanos Bosco Labrado.
Ahora se pasa a una segunda fase del proceso participativo para delimitar mejor el uso de los espacios de cogestión y el codiseño de espacios comunes, fundamentalmente en la plaza, los huertos urbanos y la biblioteca.
Ambos concejales de gobierno han recordado que el compromiso de Ahora Madrid pasa por «poner a disposición de los ciudadanos espacios públicos en desuso y completamente desaprovechados».
Y es que los 29.000 metros cuadrados del mercado de Legazpi lleva abandonado desde 1983. Desde entonces se ha pasado de la idea municipal de trasladar allí el área de Urbanismo hasta convertirlo en un centro comercial. «Hemos roto con esas inercias y ponemos sobre la mesa darle un uso público a este mercado», ha defendido Arce.
Y todo ello mientras se preserva «esta joya de la arquitectura», uno de los primeros ejemplos de la utilización del hormigón armado en la ciudad. Rommy Arce ha remarcado que esta propuesta es compatible con la política de ahorro en alquileres que promueve el Ejecutivo municipal teniendo en cuenta los arrendamientos en edificios que no son propiedad del Ayuntamiento por «más de 28 millones». «Podemos ahorrar a las arcas públicas más de 12 millones de euros», ha concretado.
El delegado de Economía ha confesado que «entre todos los líos» en los que se ha embarcado el Gobierno municipal éste es el que personalmente «más ilusión» le hace, sobre todo teniendo en cuenta la complejidad del proceso para recuperar el mercado para la ciudad. «No vamos a vender el mercado, ni una parte, para hacer equipamientos privados o comerciales», ha asegurado, idea que respeta pero que no es la opción política de Ahora Madrid.
Apuesta por la participación
Carlos Sánchez Mato ha destacado que optaron por un camino «más tortuoso», el de la participación ciudadana, en lugar de optar por un decreto, pero que con esta vía la iniciativa se enriquece. «El mercado puede ser un hito de cómo puede dirigirse la política de equipamientos públicos pero de manera diferente», ha añadido.
El edil ha destacado que las columnas vertebrales del proceso se mantienen «para hacer frente a la necesidad endémica de equipamientos en el distrito», unido a la participación de un tejido vecinal «potente, fuerte e ilusionado» y a la posibilidad de «resolver problemas serios para la Administración», como la necesidad de edificios públicos desde donde prestar servicios a la ciudadanía.
