Apesar de que las famosas obras de la M-30 van llegando a su fin, el impacto ambiental derivado de las mismas sigue preocupando a los vecinos, y dando argumentos a la oposición. Tras la aprobación que la Comisión Europea dispensó al estudio ambiental elaborado por el Ayuntamiento, el PSOE volvió a denunciar los vertidos ilegales de escombros procedentes de la M-30.
Visto bueno de la Comisión
El pasado 11 de enero, el Ayuntamiento de Madrid expresaba su satisfacción al conocer el contenido de la carta remitida el 4 de enero por la Comisión Europea, en la que se manifestaba una opinión favorable al procedimiento de evaluación de impacto ambiental presentado por el Ayuntamiento y que vendría a resolver el conflicto jurídico sobre la evaluación ambiental de M-30.
Vertidos ilegales
Sin embargo, seis días después, el 17 de enero, el portavoz del Grupo Municipal Socialista, Óscar Iglesias, acompañado de su responsable de Medio Ambiente, Pedro Santín, visitó una escombrera de más de 20 metros de altura surgida en la confluencia de los distritos de Usera, Puente de Vallecas y Arganzuela. Precisamente, en el barrio de los Puertos de Arganzuela, cerca del puente de la Princesa, se encuentra el vertido más grande, el más cercano además a las viviendas y el que más molesta -con sus ruidos, desechos tóxicos y mal olor- a los vecinos. El edil tramitó ese mismo día una denuncia en el registro del Ayuntamiento, pero éste ha respondido que el vertido de escombros está regulado mediante vertederos legales.
