Las obras para transformar la antigua Vía de la Gasolina, una demanda histórica de los vecinos de Barajas y de Ciudad Pegaso (San Blas), avanzan a buen ritmo. Muestra de ello es que el pasado 30 de noviembre, la Junta de Gobierno aprobó la definitiva delimitación de los terrenos afectados por el proyecto, así como la relación de titulares de bienes y derechos. Su expropiación afectará a 68.000 metros cuadrados de terrenos que aún no son de propiedad municipal pero cuya obtención resulta necesaria para culminar esta operación urbana que beneficiará, una vez concluida, a un total de 27.000 vecinos de Ciudad Pegaso y la Alameda de Osuna. Este hecho supone un avance considerable a unas obras que llevan ejecutándose desde el pasado mes de enero sobre los terrenos de propiedad municipal y que convertirán el espacio ocupado por las antiguas vías del ferrocarril en una avenida arbolada de tres kilómetros con zonas verdes, zonas de juego infantiles y de mayores, paseos peatonales, carril bici y mejores conexiones locales.
La nueva avenida discurrirá entre las calles de Joaquín Ibarra y Riaño flanqueda por una franja ajardinada con una anchura media de 20 metros, calzada de cuatro metros y aceras de entre dos y tres metros, y con un carril bici que conectará con el Anillo Verde Ciclista.
Retraso innecesario
El PSOE del distrito, por su parte, ha señalado que “el Ayuntamiento de Madrid ha dilatado innecesariamente el proceso de expropiación que llevaba pendiente desde mayo de 2002, haciendo imposible el inicio de las obras”. Y explica estas afirmaciones recalcando que “el efecto más palpable es que casi 9 años después de la firma del convenio entre el Consistorio y RENFE, se está procediendo a urbanizar la avenida sin planificar la construcción aún de los aparcamientos públicos contemplados en el proyecto. En concreto tres subterráneos con una capacidad de 1.874 plazas”. Por otra parte, Beatriz Corredor, portavoz del grupo socialista de Barajas, criticó “la gestión ineficaz del Partido Popular” argumentando que “el hecho de que se haya retrasado innecesariamente la expropiación de los terrenos a Adif va a repercutir negativamente en los vecinos en dos aspectos: el económico, pues la ejecución del aparcamiento supondrá la demolición parcial de lo ejecutado en superficie hasta ahora y las molestias para los vecinos por la falta de coordinación con Adif en cuanto a la ejecución simultánea de ambas obras (metro y aparcamientos), debido a las prisas por inaugurar el metro a tiempo, que conllevará dos años de obras adicionales”.
