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VOLVER A EMPEZAR

VOLVER A EMPEZAR

1.- FICHA TÉCNICA:

Director: José Luis Garci.

Interpretes: Antonio Ferrandis, Encarna Paso, José Bódalo, Agustín González, Marta Fernández Muro, la ciudad de Gijón y los paisajes de Asturias.

Guión: Ángel Llorente y José Luis Garci.

Música: Johann Pachelbel y Cole Porter con arreglos al piano de Jesús Gluck.

Fotografía: Manuel Rojas.

Montaje: Miguel González Sinde.

Dirección Artística: Gil Parrondo.

Nacionalidad: España. Color, 93 minutos. Año 1981.

2.- EL ARGUMENTO:

La historia comienza con las brumas del amanecer de la ciudad de Gijón un día de otoño del año 1981.Un hombre, Antonio Miguel Albajara (interpretado por el actor Antonio Ferrandis) regresa a Gijón.

La urbe que le vio nacer y crecer. Llega procedente de Estocolmo, donde ha recibido el premio Nobel de Literatura y se hospeda en el Hotel Asturias pidiendo una habitación con vistas al mar. Para él es un viaje de paso, ya que, salió de Gijón con el estallido de la Guerra Civil y ha hecho toda su vida en Norteamérica impartiendo la docencia en la Universidad de Berkeley. La breve parada en Asturias le permite reencontrarse con su primer amor, Elena (protagonizada por la actriz Encarna Paso),

el equipo de futbol donde jugó –el Sporting de Gijón- y muchos de sus antiguos amigos como Roxu (interpretado por el actor José Bódalo) que se ha convertido en un prestigioso médico.

3.- EL GUION:

Fue elaborado por José Luis Garci y Ángel Llorente en base a una historia real.

4.- EL DIRECTOR: JOSE LUIS GARCI

Este hombre un buen día colgó la chaqueta y dejó el Banco dónde trabajaba para dedicarse al cine. En su haber se encuentra, entre otros, el mérito de haber obtenido el primer Oscar de Hollywood para el cine Español.

Garci es un generador de un tipo de cine de plano, encuadre, silencios y narrativa constante. Pero es más importante saber quién es. Se le puede describir como una persona que no cumple años, sino, películas. En 1988 escribió acerca de las ciudades y el cine este párrafo en un libro maravilloso titulado “Morir de Cine”.

“Las ciudades con cine no necesitan ir tanto al psiquiatra. Las ciudades con cines viajan siempre a través del tiempo y se mueren menos. Y una última cosa. Antes, cuando yo era pequeño, aunque los cines hubieran echado el cierre y apagado sus luces tras la última sesión, toma nota; pasar de madrugada junto a la más humilde sala de barrio te daba seguridad, sentías cobijo y amor. Cerca de un cine no podía pasarte nada malo”.

Sé que le resulta muy difícil “Volver” a ver esta película porque faltan tantos que le entra una gran melancolía.

Amante del cine, de sus amigos y lector empedernido.

5.- LOS ACTORES:

ANTONIO FERRANDIS

Anteriormente encasillado con la famosa serie de televisión de Antonio Mercero “Verano Azul” en el papel de “Chanquete”. Aquí, su trayectoria cambió por su excelente caracterización del personaje de Antonio Miguel Albajara.

ENCARNA PASO

Sencillamente magnifica, sin sobreactuar, en su papel de Elena.

La escena en la cual describe con pasión los años jóvenes vividos con Antonio Miguel y el baño nocturno con la luz de las ventanitas del tren de Candas es, para enmarcar.

JOSE BÓDALO

Uno de los grandes del cine y del teatro. Su papel como amigo de Antonio Miguel es corto pero intenso.

Sobresaliente la secuencia en la cual lee el dictamen médico de su amigo.

Por su convicción y profundidad, una de las mejores escenas que he visto.

                  

AGUSTÍN GONZALEZ

Gran actor de reparto que encarna a la perfección al gerente del Hotel Asturias: Don Gervasio Losada. Hombre siempre atento, reverencial y servil.

GIJÓN: LA CIUDAD QUE ACTUA.

Madrid es mi ciudad de origen, Nueva York es la ciudad de los sueños, Paris es la ciudad de la luz, Londres es la ciudad de la variedad y Gijón es la ciudad de la interpretación más de lo que uno pueda imaginar.

   

Esta película arranca con unos planos de la ciudad y de las partes más, a priori conocidas de la misma. El cine Robledo, la dársena, Cimadevilla, el estadio del Molinón, la playa de San Lorenzo y tantos lugares que muestran la nostalgia y el recuerdo de un hombre en el crepúsculo de su vida. Pero Gijón es algo más que plazas, jardines o paseos marítimos es por si sola una existencia que te lleva de esquina a esquina.

Del Oeste en la Iglesia de San Pedro y el Cerro de Santa Catalina – donde estuvieron acampados los romanos – hasta el Este en el promontorio de la Providencia (comentado en la introducción de mi libro “El Diccionario: Cine Bélico”).

Del Norte en el maravilloso mar al Sur con un interior verde y frondoso.

Puedes ir por donde quieras tranquilo formaras parte de cualquier sitio. No serás un extraño. Ni siquiera se notara tu origen externo cuando en una sidrería escancies o tires mal la sidra.

Es una existencia llena de confines como las calles Ezcurdia, Tirso de Molina, Corrida, Conde Toreno, Hermanos Felgueroso, la escalerona, pumarín, el musel y tantos nombres que evocan no una ciudad, sino muchas de ellas, como un mosaico que puedes recorrer caminando.

Si nunca has estado allí es difícil que lo entiendas y mejor no lo puedo explicar.

  

6.- EL RODAJE:

Comenzó el 16 de octubre de 1981 en la playa de San Lorenzo de Gijón y desde allí en diversos lugares de la ciudad y en otros escenarios del Principado de Asturias: Covadonga, Cudillero, Deva, Cangas de Onis, Pola de Lena, Lago Enol, San Esteban de Pravia, Roces y Mareo. También hay secuencias rodadas en los Estados Unidos concretamente en Berkeley y Sausalito (California).

7.- LA MÚSICA:

Nada como el canon de Johann Pachelbel para sentir el apego o la nostalgia. Si a eso le unimos el ritmo de “Begin de Beguine” de Cole Porter estamos ante un binomio difícil de emular. Todo ello aderezado sobre la maestría de Jesús Gluck al piano.

8.- CRÍTICAS / PREMIOS:

En España, esta película, fue un completo fracaso de público y crítica, pero, resultó nominada a los Oscar de Hollywood y obtuvo la preciada estatuilla en la categoría de Mejor Película Extranjera, hecho, que la catapultó internacionalmente y provocó su revisión a nivel nacional.

9.- IMPRESIÓN PERSONAL:

Una de las mejores películas que he visto. Con frases que encierran muchas claves de la existencia humana.

“En realidad solo se envejece cuando no se ama

Fascinante y con grandes dosis de realidad. Solo apta para los que saben el significado de la palabra “Nostalgia”.

Se puede llorar. Además, entenderás, las palabras de la dedicatoria de Garci:

“Quiero rendir homenaje a los hombres y mujeres que empezaron a vivir su juventud en los años treinta, y en especial, a los que están aún aquí, dándonos ejemplo de esperanza, amor, entusiasmo y fe en la vida. A esa generación interrumpida. gracias”

La mejor lectura es verla, y probablemente cuando lo hayas hecho ya no serás la misma persona, y si no es así, estará claro que habitamos en planetas distintos.

10.- OFF CAMERA:

 

El equipo de rodaje a su llegada con el Oscar.

11.- VOLVER A EMPEZAR/ VOLVER A NACER:

Colunga. Sierra del Sueve. Asturias 19 de septiembre de 1984.

                   En julio de 1984 fui destinado al Batallón de Ingenieros VII Simancas con destino en Gijón. Mis primeras maniobras fueron en septiembre de ese año en la zona de Colunga. El vehículo Land Rover 109 en el que subía a una zona escarpada patino y volcó. El conductor (Soldado Juan Hormigo del reemplazo 2 del 84) y yo pudimos saltar del mismo cayendo por el terraplén cuando el vehículo empezó a rodar.

                     Después de la caída me quedé tendido en el suelo medio inconsciente por el golpe.

Al ver nuestra caída, otro Land Rover 109 al mando del Sargento Garcia acudió aparcando a pocos metros de mí. El vehículo del Sargento estaba provisto de radio, y a través del altavoz de la emisora AN/GRC 160/30 escuché, desde el suelo, la conversación vía radio entre el Capitán y el Sargento.

Mi Capitán -decía el Sargento- Me parece que el Teniente se ha desnucado. Está muy quieto.

No le muevas – oí desde el altavoz de la radio- está llegando el médico.

Vi, a la altura de mi cara, las botas de media caña del Sargento García acercarse mientras me echaba una manta militar por encima cubriéndome de la lluvia. Debí de hablarle, no lo recuerdo, porque le vi volver al vehículo.

Mi Capitán -decía el Sargento- El Teniente está despierto y mueve las piernas.

Bien, pero no le toques – gritó el Capitán.

Apareció el Oficial Médico, tampoco lo recuerdo bien, pero alguien con suavidad me quito el casco de acero mientras una linterna me enchufaba los ojos.

La voz cálida del médico hablaba quedamente.

– ¿Que me ha pasado? – pregunte asustado.

Él con cierto sarcasmo empezó a bromear.

– Paralitico no te quedas– dijo sonriendo- y ciego parece que tampoco. Ahora eso sí –dijo simpático con una voz que si recuerdo – Casi te matas.

Se volvió a los que le rodeaban pidiendo ayuda.

Manos y brazos poderosos me izaron como si fuera un muñeco. También alguien me quitó el correaje y me sostuvieron de pie. Pregunte por el conductor: El soldado Juan Hormigo del cual me dijeron que estaba ileso comiendo un bocadillo.

El médico me dio un cigarrillo que me supo a gloria.

Al poco tiempo llego el Comandante con el Coronel, este último conocido con el apodo del “Ogro Ruso”, ya que había combatido en Rusia en la División Azul.

Decían que te habías matado – masculló el Coronel a modo de saludo.

Hice ademán de tirar el cigarrillo y él me lo impidió. Encendió uno para él con la punta del mío.

– ¿Qué hacías subiendo una cuesta tan pronunciada?– preguntó taladrándome con la mirada.

– Mi Coronel – Acerté a decir- Iba a ver a parte de mi Unidad que está en el vértice estableciendo un repetidor.

Luego, el Coronel se dirigió al Comandante y ordenó que dieran la vuelta al Land Rover que yacía boca abajo.

Un grupo de soldados y cuadros de mando dieron la vuelta al vehículo algo que yo nunca había visto hacer. Izaron la lona y con un mazo enderezaron los arquillos de sujeción de la misma. El Coronel mando llamar al conductor: El soldado Juan Hormigo. Le ordenó montarse y arrancar el motor. El Land Rover, increíblemente, arrancó y parecía funcionar correctamente.

El “Ogro ruso” me dijo cosas que no recuerdo pero el mismo me abrocho el correaje y me encasqueto el casco con el barboquejo. Me ordenó subir de nuevo y me saludó militarmente. Me cuadre, le devolví el saludo y monte en el vehículo en donde el soldado Juan Hormigo me dijo algo que recuerdo claramente.

– Mi Teniente. Tengo miedo-dijo.

Yo también –dije- Mete la tracción y písale fuerte.

 

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FLOPEZ

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