El local, ubicado en el número 20 de la calle Padre Oltra, ha pasado de ser una tienda de automóviles a iglesia evangelista. El problema que plantean los vecinos de la zona es que, al no haber sido acondicionada para ello, los cánticos de los feligreses durante los fines de semana, “a miles de vatios de potencia”, perturban la tranquilidad de estos que no pueden descansar.