En una parroquia del barrio de Entrevias hay un "plantel" de curas que hacen de todo menos mostrar reverencia y respeto por lo que debería ser un recto compromiso religioso y nunca nido de personajes que hacen de todo menos mostrar reverencia y respeto por lo que debería ser su verdadera función sacerdotal. Recientemente hemos podido ver algunas fotos de algunos "peculiares" fieles en prácticas irreverentes "soplando" morapio y deglutiendo rosquillas con voracidad de jolgorio ajeno a toda forma de re-verencia. Si eso es lo que de "suyo" acontece en la citada "iglesia" con el pretexto de "ayudar" a drogadictos y necesitados no nos cabe duda de que todo menos ayudar de verdad a drogadictos y necesitados es lo se cuece en semejante "sacristía".
En una ocasión, ya hace tiempo, asistí a una boda en ese "recinto" y la "homilía" del oficiante fue una perorata de despropósitos, tan impropia como prometedora de lo que allí podía acontecer. Hace no muchos años un cura de tal "parroquia" fue componente, en "comunión" con otros vándalos, de una irrupción en el patio de operaciones de una entidad de contrataciones bursátiles, destrozando puertas, repartiendo infames octavillas, agrediendo a los agentes de seguridad de dicho centro y haciendo toda suerte de alardes de violencia y provocación.
No me extraña que ahora esa casa, iglesia en ningún caso, sea el tugurio donde se dan cita "artistas" y otros buscadores de foto fácil, pétrea faz, provocación como norma y desvergüenza desmedida. Y los "reverendos" de ese "santuario" tan contentos, al parecer, con el jolgorio que anima a buena parte de tan falaz "feligresía". Vivir para ver.
