El presidente nacional de las Nuevas Generaciones del PP, Ignacio Uriarte, provocó un accidente al venir de su despedida de soltero, dando una tasa de alcohol en sangre de más de dos veces la permitida por la ley.
Mariano Rajoy prefirió -en vez de dar ejemplo y abroncar una conducta nada exportable- montar una barra libre en Toledo y bajo el palio de la dirección del PP, tal ‘Camino’ como nos enseño Fesser, subirlo a los altares y hacerlo un mártir del Gobierno Zapatero.
Vemos que Rajoy y al PP, dan una imagen de Estado deplorable y no de un partido que pudiera tener alguna posibilidad de gobernar algún día en un país democrático como España.