A pesar de que el precio del petróleo ha descendido un 75%, la gasolina lo ha hecho un promedio del 25% debido a que los carburantes soportan un impuesto creciente. Sólo se puede calificar con un inapelable suspenso al que se aprovecha de algo tan fundamental como la gasolina para vaciar, aun más, los bolsillos de los consumidores. Cada vez que echamos un litro de gasolina en el depósito de nuestro automóvil debemos saber que cerca del 80 % se lo llevan los impuestos, los ‘repsoles’, los ‘cepsas’ y similares, y ello hace especialmente penosa la agonía de nuestros recursos y mas holgada la insaciable manguera de la fiscalidad y las petroleras. Y nosotros a pagar y las arcas del Estado con los surtidores, a recaudar. Y así nos va.