Don Mariano Fernández Bermejo ha sido nombrado ministro de Justicia y por sus manifestaciones a los medios y sus intervenciones en el Senado y en el Congreso hemos podido apreciar que es tan huidizo como esperpéntico y tan "gracioso" como carente de gracia. Cuenta con una formación jurídica que parece moverse por los arrabales de lo sectario y por las turbias aguas de los gratuitamente resentidos en "virtud" de sus propias limitaciones.
Cuando habla causa risa floja y al poco aburre a las mismísimas ovejas y cuando calla se le adivina el huero exabrupto a punto de parida bucal.
Su aspecto físico y mental trasluce tan increíble vulgaridad y pobreza intelectual que causa asombro que semejante individuo haya sido nombrado ministro de Justicia en lugar de capataz de Manolo & Benito Corporeision, tareas para las que sus "cualidades" parecen más y mejor indicadas. Lo de ministro de Justicia se nos antoja una triste broma de un ridículo destino y sólo nos queda abrigar la esperanza de que semejante astracanada acabe cuanto antes.