En la puerta de una discoteca cualquier, en este caso Teatro Kapital, dos grupos de jóvenes se enfrentan a golpes, cuando el alcohol ya ha hecho de las suyas. El suceso ocurrió hace unos meses, pero muestra la violencia que se vive en las noches de fin de semana.
En esta ocasión, llaman la atención dos cosas. Cómo los chicos no dudan en ocupar la calzada de la calle de Atocha, que está atestada de coches, como si la cosa no fuese con ellos.
También podemos ver la pasividad de los porteros de la sala, con las manos metidas en los bolsillos, y sin pestañear, pese a que todo está ocurriendo ante ellos, la cola del local y el resto de público.