Cerca de 200 ciclistas reclamaron el pasado 7 de junio una mayor protección y más carriles de bici en el centro de la capital utilizando, como medio reivindicativo, tan sólo la desnudez de sus cuerpos. El porqué de esta llamativa manera de llamar la atención se debe a que sus formas desnudas evocan, como explicó el colectivo Bici Crítica que “la carrocería de los ciclistas es muy frágil”, y por ello, exigen como dice su página web, “respeto” al resto de conductores. El lema de esta concentración que recorrió desde la Plaza de Cibeles, las principales arterias del centro de la ciudad, fue “Por la bicicleta como trasporte urbano, por una ciudad más amable” en referencia a que según ellos, los coches les imponen su ley “con la velocidad, su prepotencia, ruido y ocupación del espacio humano”. Consideran que como ciclistas urbanos que utilizan la bici para sus quehaceres diarios este acto de “desobediencia cívica” es necesario para mostrar la importancia de respetarse mutuamente.