Este año Las Vistillas no han tenido el mismo movimiento que en otras fiestas de San Isidro. La razón es que tras catorce años sacando los bares de la zona las barras a la calle, este año la situación ha cambiado y se han tenido que conformar con ofrecer las copas en el interior de los locales. Los dueños de los bares han mostrado su enfado por esta situación porque consideran que tras tantos años participando en las fiestas, “el Ayuntamiento ha roto una tradición sin justificación”. Además, los locales ya habían comprado la bebida y contratado personal extra debido a la gran afluencia de público que suele acudir a la zona durante esta celebración. Sin embargo el Consistorio justifica su decisión en que, “estas fiestas no son del distrito Centro” y que el Pleno Municipal aprueba para cada ocasión festiva un recinto ferial donde se pueden instalar todas las barras. Un espacio que -según manifestaron- en San Isidro se reserva para la pradera y sus alrededores. Mientras, en festividades como La Paloma sí es el distrito Centro el autorizado para esta actividad. De hecho, desde el Ayuntamiento creen que “es necesario designar una zona ferial para cada celebración”, ya que si no Madrid se llenaría de lugares festivos en cada ocasión. A su vez, los empresarios de Las Vistillas se han quejado de las formas en que se les ha impedido sacar las barras a la calle, ya que según ellos, varios agentes de la Policía Municipal se apostaron desde la víspera del día de San Isidro en la zona.
