Una vivienda de la segunda planta del número 25 de la calle del Carmen de Madrid ha quedado destruida esta noche a causa de un incendio que ha roto por la fachada del inmueble que da a la calle Preciados en el no ha habido heridos, aunque dos mujeres -una de ellas propietaria del piso- han sufrido crisis de ansiedad. El incendio se desencadenó pasadas las 23:30 de anoche, por causas sin determinar, en la segunda planta de un edificio de viviendas del número 25 de la citada vía, cuya fachada posterior da a la calle Preciados, en pleno centro de Madrid.
Precisamente fue por esta parte del inmueble por donde rompió el fuego que ha roto algunos cristales del edificio, que han caído a la vía pública, sin que se hayan producido daños personales. Al lugar han acudido cuatro dotaciones de los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid que han tenido que combatir el fuego "en paralelo", tanto desde el interior del inmueble como desde el exterior empleando escalas, para evitar que las llamas se propagasen a otras plantas del bloque, lo que finalmente no ha sucedido.
Mujer enferma de alzheimer
En la vivienda siniestrada residía una mujer de 87 años, enferma de alzheimer, que a la llegada de los bomberos se encontraba en el portal del edificio solicitando ayuda y con una fuerte crisis de ansiedad. La mujer ha sido atendida en un primer momento por agentes de Policía Municipal y después ha recibido asistencia por parte de los facultativos del Samur, lo mismo que otra vecina del tercer piso que también ha sufrido una importante crisis nerviosa y que ha sido tranquilizada por los Bomberos en su domicilio y evacuada después a la calle donde ha recibido asistencia sanitaria.
El inmueble ha sufrido daños muy importantes y ha quedado prácticamente destrozada por las llamas, sobre todo una de las habitaciones grandes que da a la calle Preciados, mientras el resto del piso ha quedado "inhabitable" a causa del humo y las calorías. Pasada la una de la madrugada del hoy, el incendio ya estaba completamente sofocado, si bien la zona siniestrada, que es peatonal, permanecía acordonada por la Policía Municipal para evitar el paso de los transeúntes, al tratarse de un área comercial de Madrid muy concurrida.
