“Tu euro es igual a nuestra tortura musical diaria”. Esta es la frase que, hasta hace unos días, se podía leer en los carteles que colgaban de los balcones de algunas viviendas en la Plaza de Santa Ana.
Los vecinos de la zona, concretamente los del número 4, hartos ya de lidiar con los músicos callejeros que no parecen respetar las horas de sueño, decidieron llevar a cabo su protesta de esta manera. Se quejan, sobre todo, del ruido y la música que están obligados a escuchar una y otra vez durante todo el día, debajo de sus ventanas.
Y es que, entre estos músicos de la calle y los grupos de jóvenes que se concentraban en la plaza para tocar los timbales, en el interior de las viviendas aledañas “ni se escucha el teléfono, ni la tele”, comenta una de las vecinas afectadas.
De hecho, según el Departamento de Calidad del Aire del Ayuntamiento de Madrid, se recomienda que no se superen los 55 decibelios, y la Plaza de Santa, durante los fines de semana, supera esa cifra con creces.
