Guardan tras sus puertas los secretos de la historia del comercio madrileño, pero han sabido adaptarse a los cambios del tiempo y garantizar la fidelidad de sus clientes. Son los comercios centenarios que salpican las calles, sobre todo del centro de Madrid, y por los que hoy Ana Botella, alcaldesa de la ciudad, ha realizado un recorrido, iniciado en la calle Mayor y en el que ha estado acompañada, entre otros, por el delegado de Economía, Empleo y Participación Ciudadana, Pedro Calvo; el concejal de Centro, Enrique Núñez, y el presidente de la Asociación de Establecimientos Centenarios y Tradicionales de Madrid, Ángel Manuel García Pérez. La alcaldesa ha querido saludar a los propietarios de algunos de estos establecimientos como la mercería La Camerana, en la calle de Postas; el Hotel Petit Palace La Posada del Peine, también en esa calle, o La Cordonería, en la calle de la Sal 1. Fue en junio de 2006 cuando el Ayuntamiento madrileño instaló las dos primeras placas conmemorativas, diseñadas por Antonio Mingote. Una en Lhardy, la otra en la Real Botica de la Reina Madre, establecimiento sanitario desde 1578, y que se ubica en un edificio construido en 1913 en la calle Mayor. Con dichas placas, el Ayuntamiento ha pretendido sacar a la luz el rico pasado comercial madrileño y destacar el mérito de la permanencia, la fidelidad que han logrado de sus clientes y la vocación de servicio a la ciudad.
