El emblemático Café Comercial, ubicado en la Glorieta de Bilbao, ha abierto finalmente sus puertas este lunes después de que la semana pasada tuvieran que retrasar la inauguración prevista para el 21 de marzo y sus gestores hablaran de que abrirían «próximamente» pero sin fecha fijada para ello.
Sin embargo, esta tarde y casi por sorpresa para los madrileños que paseaban por la zona, el café ha abierto después de que El Escondite, el grupo que gestionará el establecimiento haya acometido una reforma del local para comenzar esta nueva etapa.
Se desconoce todavía si el retraso en la apertura tuvo que ver con problemas de licencias puesto que los gestores del Café Comercial defendían que la licencia original del establecimiento era «válida» porque se va a ejercer la «misma actividad» que venía desarrollándose en el local.
Pese al anuncio de reapertura, desde el Ayuntamiento matizaron recientemente que no tenían licencia y que lo que hicieron los gestores del café fue presentar, en primer lugar, dos declaraciones responsables, que fueron consideradas ineficaces porque incluían obras que exceden lo que se puede hacer con dicha declaración.
Las mismas fuentes municipales explicaron a Europa Press que se les comunicó a los empresarios que presentaran una petición de licencia, algo que hicieron en enero aunque de manera incompleta dado que no incluía las obras que se relacionaban en la declaración responsable.
Además se les comunicó que tenía que presentar documentación. Por ello, las fuentes municipales consultadas estimaban que como el Café Comercial tiene protección, toda la documentación tendría que pasar por la Comisión de Patrimonio. Con todo esto, el Consistorio calculaba que la licencia tardaría en concedérsele entre tres y cuatro meses.
El Café Comercial fue en el pasado un punto de reunión de algunos de los intelectuales y artistas más conocidos en lengua castellana del siglo XX como Antonio Machado, Rafael Sánchez Ferlosio, Enrique Jardiel Poncela, Rafael Azcona, Camilo José Cela, Antonio Mingote, Luis García Berlanga o Blas de Otero.
