Aquella discoteca recordada porque en 1983 tuvo lugar en su interior un incendio, en el que murieron 81 personas, ha vuelto a abrir sus puertas más de dos décadas después. Ahora se llama Adraba y cuenta con las medidas de seguridad “más avanzadas de Europa”, dicen los propietarios. Ha vuelto totalmente reformada, decorada de una forma muy particular y abrirá cinco noches a la semana, cada una de ellas con una sesión ambiental diferente.