L a Comunidad de Madrid ha anunciado que acondicionará el intercambiador de la Avenida de América para que este no se “quede atrás” en vanguardia, calidad, confort, seguridad, accesibilidad y prestaciones respecto a los intercambiadores recientemente renovados como es el caso de Moncloa y Plaza de Castilla. No obstante, este proyecto, fue presentado dos días después de que Ecologistas en Acción denunciara el pasado 15 de abril, los “altos niveles de contaminación” que sufren los 140.000 usuarios que utilizan el intercambiador diariamente. En este sentido, la plataforma ecologista recogió 2.000 firmas que se remitieron al Ayuntamiento para denunciar esta situación. Además según ha explicado a EL DISTRITO Juan García Vicente, experto en contaminación de Ecologistas en Acción hasta allí se acercaron “varios concejales del PSOE y vocales de IU e incluso se instalaron medidores de contaminación en los andenes y en la zona de tránsito de los autobuses durante 15 días”. Sin embargo las autoridades competentes “dijeron que todo estaba en orden y que no había ningún tipo de problema, algo que consideramos una burla”. De hecho, cualquier usuario del intercambiador podrá comprobar cómo los ventiladores de la zona no están limpios, lo que se convierte en un peligro para la salud humana, así como “la pésima calidad del aire”, asegura García, que en verano hace la estancia allí “insoportable”
Proyecto comunidad
Si el intercambiador hubiera cumplido todas las medidas de seguridad, de confort y de calidad del aire ¿por qué fue dos días después de la denuncia de Ecologistas en Acción cuando la Comunidad de Madrid dio a conocer el proyecto?. Además con esta remodelación pretenden mejorar la climatización y el aire acondicionado de esta infraestructura, lo que en palabras de García “supone darnos la razón”. Las obras de remodelación que tendrán un plazo de ejecución de dos años pero que no mantendrán cerrado al público el intercambiador, también contemplan el cerramiento con mamparas de las islas de autobuses para, al igual que en el resto de intercambiadores, lograr una separación física entre la zona de espera de los viajeros y la de los autobuses, algo que los ecologistas llevaban tiempo pidiendo, y reforzar las medidas de extinción de incendios. Con este proyecto el Gobierno regional apuesta por “fomentar el transporte público y ofrecer a los viajeros el mejor servicio”.