Parece haberse convertido en una costumbre encontrar al Oso y el Madroño, ubicado en la plaza de Properidad, con diferente vestuario. Un capirote y una tijera simbolizando los recortes, una camiseta antidesahucios y otra en favor de la mujer trabajadora, son algunos de los atuendos que ha lucido.
Lo peor es cuando el monumento sufre pintadas, algo que desagrada a los comerciantes de la zona y que han denunciado en reiteradas ocasiones. Ellos fueron quienes colaboraron económicamente para el traslado del Oso y el Madroño desde el Museo de la Ciudad, para que no supusiera coste alguno para el consistorio, con el deseo de reconocer el sesquicentenario del barrio de Prosperidad.
Por estos motivos, “pedimos a los vecinos que denuncien este tipo de situaciones y al Ayuntamiento que trate de limpiar con celeridad las pintadas para que el monumento no sirva para motivos propagandísticos y represente a todos los vecinos”, denuncian los comerciantes en un comunicado.
El Oso y el Madroño descansa por el momento, aunque con el temor de sufrir alguna otra acción vandálica.
