Allá por el siglo XVI nació el distrito de Chamartín. Un lugar donde no había ningún núcleo de población alrededor y, que como ha explicado a EL DISTRITO José María Quixal, de IU Chamartín, “se hizo famoso porque aquí fue donde se hospedó Napoleón en su visita a Madrid durante la guerra de la Independencia”. Así, tres siglos después, en el distrito nació el primer atisbo de urbanización: era el barrio de Prosperidad. Un rincón que nació con La Ciudad Jardín de Luis Larrainza, como primera construcción de la zona y que, más tarde, llegó a conocerse como La Prosperidad, debido a la fama de las barriadas de chabolas y pobreza que la rodeaban. Así, el cambio sociológico que ha experimentado la zona ha sido bastante evidente porque, como cuenta Quixal, “ha pasado de ser un barrio de origen obrero a considerarse un barrio multicultural, por la gran inmigración que ha llegado en los últimos años”. De hecho, durante el reinado de Alfonso XIII, este entorno tenía mala fama debido a las gentes que lo habitaban, llegando incluso a considerarse como un lugar de mala muerte, como así lo nombra en algunas de sus obras el escritor Enrique Jardiel Poncela.
Ya en los años 20 y 30 fue cuando se empezaron a construir los chalets existentes en la actualidad, promovidos por cooperativas o por algunas empresas para sus empleados. No obstante en la actualidad, “estos inmuebles están poblados de gente de alto nivel económico”, comenta Quixal.
Secretos del barrio
El centenario barrio de Prosperidad acoge entre sus paredes varios vestigios de la historia de Madrid más reciente. Todavía se conservan algunas construcciones de la primera época “como la corrala de la López de Hoyos 139 y la posterior corrala de la calle Zabaleta 13; así como numerosos elementos ornamentales en muchas fachadas, que mantienen el estilo mudéjar madrileño”, explica Quixal.
En cuanto a los hechos que han sido sujeto de noticia en el barrio, hay que resaltar que ETA ha atentado en la zona, hasta el año 2001, en seis ocasiones. Así en 1979, la calle Corazón de María acogió el asesinato de varios militares. Siguieron dos atentados más en 1992, donde también resultaron heridos civiles en la calle Clara del Rey 33 y en Madre de Dios. En 1993 un coche bomba explotó en la Glorieta de López de Hoyos. Mientras que, en 2001, hubo dos atentados más.
