Además de representar un testimonio vivo del castizismo, la calle Fuencarral se ha convertido en todo un símbolo del ocio y la diversión para los vecinos de Chamberí. Desde hace varios años, los domingos por la mañana padres y niños se acercaban hasta la vía, cerrada al tráfico para participar en los talleres, juegos y actividades instalados, según las distintas ocasiones.
El pasado año, con motivo de las obras de remodelación de la calle, miles de vecinos vieron truncada esta posibilidad de recreo que gozaba de gran aceptación popular. Finalizados los trabajos, esperaban con impaciencia el reemplazamiento de las actividades de nuevo, pero los domingos pasaban y la calle permanecía abierta al tráfico. Con este motivo, la plataforma “Fuencarral sin coches” decidió movilizarse para convocar diferentes actos de protesta previstos para el día 21 de enero. En concreto, programaron una manifestación y una concentración de bicicletas que impedirían el tránsito de vehículos. De un modo simultáneo, la plataforma se mantenía en contacto con los responsables municipales para intentar solucionar el asunto de manera satisfactoria, y devolverles así el espacio a los más pequeños. En esa misma línea se había pronunciado el Partido Socialista que, representado por Carmen Sánchez Carazo, había trasladado las quejas al Pleno en numerosas ocasiones. Finalmente, y tras mantener varias conversaciones con el Ayuntamiento de Madrid, los representantes de “Fuencarral sin coches” decidieron desconvocar las movilizaciones ya que, al parecer, el Consistorio se comprometió a mantener de nuevo cerrado al tráfico los domingoss, el tramo de la calle ubicado entre las glorietas de Bilbao y Quevedo. Según aseguraron las mismas fuentes, los responsables municipales pidieron disculpas por la situación generada, y señalaron problemas de comunicación interna como causa fundamental para no haber dado orden de cortar la calle, una vez finalizadas las obras.
