Tres miembros de una familia de origen cubano y nacionalidad española han sido detenidos por hacer de su bar un lugar de tráfico de cocaína. Ubicado en la calle Juan Boscán, además de traficar con esta sustancia vendían en él objetos robados; así lo ha demostrado la enorme cantidad de joyas, pulseras, cadenas, anillos y demás abalorios de gran valor encontrados por la Policía.
Los agentes del grupo de Policía Judicial de Ciudad Lineal, que han sido los que han llevado el caso, fueron los mismos que detuvieron en 1993 y 2002 al principal encausado, Germán B.P., de 30 años de edad. Esta vez han sido su esposa, María Pilar R.V., de 36 años, y su padre, Antonio P.R., de 74, los detenidos. Estos dos y Germán son los tres propietarios del bar, llamado “El Golpecito”, que utilizaban de tapadera para vender cocaína.
La investigación de los hechos comenzó cuando los agentes detectaron a varios compradores de droga frecuentando el establecimiento. Después, los traficantes, viejos conocidos por los agentes, circularon con sus coches por varias calles del barrio para comprobar que no les seguían, intentando así distraer a la Policía. Minutos después recogían la droga en uno de sus dos domicilios, situados en la misma calle y a escasos metros del bar, y se la entregaban a los compradores. Ante estas evidentes sospechas, los agentes procedieron a registrar los domicilios. En ellos encontraron algo que ya esperaban: 380 gramos de cocaína, 8.500 euros en efectivo, una importante cantidad de los objetos ya mencionados, una báscula, varios móviles, dos televisores, un ordenador, una cámara de fotos y varias cámaras de video digital. Además, se incautaron de los dos vehículos que utilizaban para estas actividades ilícitas.
