El jazz es la cima del músico, la apuesta por el difícil y arriesgado mundo de la improvisación. Nació en el estado de Luisiana de mano de los esclavos africanos, que utilizaban cualquier elemento para crear música. Y así, combinando tres tradiciones musicales (estadounidense, africana y europea), nació lo que se conoce como jazz, una libertad musical en un entorno donde esa era la única de la que se podía disponer.
El pulimiento del estilo y la incorporación de instrumentos musicales lo hizo evolucionar hasta salir de sus fronteras y convertirse en un estilo musical consagrado. Sin duda, su asimilación por parte del resto del mundo, y en este caso España, ha conseguido crear escuela y tener innumerables adeptos.
De este modo, la iniciativa que puso en marcha la Junta de Ciudad Lineal entre el 9 y el 17 de noviembre con el XII Festival Internacional de Jazz, tuvo una repercusión enorme, atrayendo a gente no sólo del distrito y de Madrid, y contando con una acogida del público excepcional. Y no es para menos. Los artistas que deleitaron a los estupefactos oyentes no eran precisamente noveles; unos músicos que dominan diferentes instrumentos magistralmente y saben sacar de ellos algo más que música: Oregon, Stefano Di Battista Quartet, Chris Potter y Abe Rábade Trío.
Cada músico es un mundo; sin embargo, todos tuvieron en común muchas cosas: la brillantez con la que tocaron las composiciones, la complicidad entre los miembros de cada banda, el clima vibrante e hipnótico que impedía a los que estaban sentados en sus butacas moverse de ellas y la ovación clamorosa que recibieron de un público sensible y entendido que no escatimó en aplausos.
Todo este batiburrillo de melodías apasionantes, algún que otro solo espectacular, la cálida acogida de la gente y el trabajo llevado a cabo por los organizadores del evento otorgan una matrícula de honor al XII Festival de Jazz de Ciudad Lineal. De esta manera se abre la puerta a una nueva edición el año que viene donde la calidad, se mantenga y mucha más gente, movida al menos por una curiosidad sana, decida no perdérselo.