La Cruzapedriza, que ya va por la novena edición, no ha dejado de diversificarse desde su nacimiento y de variar los recorridos por propia voluntad o forzada por las circunstancias. Los aficionados a patear el monte con una mochila al hombro y un bastón en la mano dispuestos a soportar calor o lluvia tienen ante sí tres posibilidades, es decir tres rutas de menor a mayor dificultad.
La ruta más accesible tiene algo más de 10 km de longitud y es apta para todo el mundo, pequeños incluidos. Si alguien la hiciera corriendo no tardaría más de una hora aunque a paso normal no debería tardar más de cuatro.
La ruta más sencilla parte de la localidad de El Boalo y se acerca entre fincas de ganado hacia la entrada a La Pedriza. Un tramo discurre por el camino de Campuzano y conecta con el camino que sube al collado de Quebrantaherraduras, en la Pedriza, el punto más alto del recorrido. El sendero de retorno a El Boalo es uno de pequeño recorrido de tranquilazadoras señales blancas y amarillas.
La ruta larga, un poco más larga
Pero el plato fuerte de la Cruzapedriza lo compone un recorrido circular, también con salida y llegada en El Boalo que en esta edición se alarga hasta los 27 km y acumula un desnivel (subidas y bajadas) de 2.600 m. La organización, gracias a su experiencia en organizar este tipo de recorridos, ha calculado que los senderistas más lentos tarden unas 9 horas y los más rápidos un par de horas menos. Para todos, el 23 de abril será una jornada particular, un auténtico rompepiernas, un sube y baja sempiterno con cambios de terreno y de paisaje continuos. De caminar entre gayuba y jara se pasa, en escasos metros, a sortear por la derecha y por la izquierda los granitos fantasmagóricos de la Pedriza.
La ruta “larga” arranca de la localidad de El Boalo, sube por la pista que sale de la zona de Campuzano para coger el sendero de pequeño recorrido PR-M16 y ascender al cordal de los Porrones. Después de rozar los 2.000 metros junto a la Maliciosa Baja se acompaña al río Manzanares en su nacimiento, pasando por Los Chorros hasta Cantocohino. La Cruzapedriza asciende entonces al collado de Quebrantaherraduras, con su preciosa panorámica sobre la Pedriza, antes de iniciar el descenso de vuelta a El Boalo.
La escapatoria
Como la experiencia ha enseñado al club organizador que 27 kilómetros son muchos kilómetros para quienes no están acostumbrados a patear el monte todos los fines de semana, se ha previsto un recorrido alternativo, escapatoria para los menos valientes, que acorta en 8 kilómetros los 27 iniciales y permite regresar mucho más enteros al punto de partida.
