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Fin de semana violento

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El pasado fin de semana asistimos a varios sucesos violentos en la región que han alertado a la opinión pública madrileña. La muerte de una mujer embarazada en Hoyo de Manzanares a manos de su hermana y especialmente el asesinato de un adolescente de 15 años después de una agresión entre bandas latinas han hecho saltar las alarmas policiales. Se suma también la pelea entre policías y dominicanos en Tetuán, el tiroteo por un asunto relacionado con drogas en un piso de Villaverde y una reyerta entre neonazis y antifascistas en San Sebastián de los Reyes. La delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, ya ha salido a la palestra para señalar que se trata de hechos puntuales que se han concentrado este fin de semana, y ha llamado a la tranquilidad a la población, amparada por las estadísticas que siguen situando a España y a Madrid como uno de los países y capitales europeas, respectivamente, más seguras. Es cierto, pero no es óbice para no responder a la creciente inseguridad generada por bandas o colectivos de todo tipo que se enfrentan con otros contrarios por motivaciones ideológicas, raciales, pandilleras, o de ajustes de cuentas y que hacen que la convivencia en algunos barrios sea más que mejorable.

De todos estos sucesos el que más preocupa a la Policía es el de bandas latinas, ya que a cada agresión suele seguirle una respuesta violenta en forma de venganza. Además, desde hace tres años no se registraba una muerte por pandilleros y los incidentes se registraban en barrios periféricos de la capital o por la zona de Azca, no en pleno kilómetro cero. La Sección de Bandas Latinas de la Brigada de Información de Madrid tiene fichados a unos 200 miembros violentos de bandas latinas, según fuentes policiales, que ponen el foco en los últimos años en los Trinitarios y en los Dominican Don’t Play, bandas caribeñas rivales. Su peligrosidad hizo que desde mediados de 2014 la Delegación del Gobierno impulsó los trámites de revocación de la nacionalidad o de la residencia, así como las órdenes de expulsión del territorio nacional, de los miembros de estas organizaciones criminales, en aplicación de la Ley de Extranjería. Los grupos dominicanos han recogido el testigo a los sudamericanos Latin Kings y Ñetas que sembraron la violencia en algunos parques la década pasada y se han convertido en las bandas latinas más peligrosas de Madrid porque usan armas de fuego. Son los más activos y organizados –tienen ‘capítulos’ en varios barrios– y quienes han cometido los hechos más graves. Entre otras bandas emergentes están los Blood, nacidos en California y recién llegados a España. Ahora, el principal riesgo de estas tribus no sólo es que pasen de hechos puntuales a habituales y que que se conviertan, como ha ocurrido en países americanos, en sucursales del crimen organizado y venta de sustancias estupefacientes. La Policía Nacional y la Brigada de Información ya está reforzando las filiaciones y las investigaciones en determinadas zonas. Un trabajo a largo plazo. 

 

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