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Los otros Eva Blanco

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La información de Sucesos no se caracteriza, como es lógico, por grandes alegrías, más bien al contrario. Los mensajes llegan y las llamadas suenan casi siempre para advertirte de un nuevo robo, asesinato o cualquier otra forma delictiva. Por eso, para la Guardia Civil la resolución del caso de Eva Blanco ha sido, tras 18 años de esfuerzos, todo un aire fresco de energía. Y es que cuando unos agentes han iniciado cien líneas de investigación, han interrogado a decenas de personas, han analizado cientos de pistas y han hablado miles de veces con el padre de la víctima, un momento como el de hace unos días con la detención del supuesto asesino debe de generar una epifanía difícil de describir.

Sin embargo, a pesar de la felicidad, es precisamente este tipo de ocasiones cuando recuerdas otros casos parecidos, otros homicidios que pasados los años no han sido resueltos, a pesar de que el grado de esclarecimiento es alto en España. Son los llamados en la jerga policial ‘casos fríos’.

Decía un compañero el otro día que al menos en el caso de Eva Blanco el cadáver apareció y pudo ser enterrada por sus seres queridos. El dolor se presta a pocas comparaciones, pero es cierto que son muy terribles los sucesos de supuestas víctimas violentas cuyos cuerpos siguen perdidos y sus familiares sufriendo. Este es el caso de María Piedad, la joven de Boadilla del Monte que desapareció hace cinco años tras una cena de Navidad. Su entonces pareja apareció ahorcado días después. O el conocido caso de Marta del Castillo o el menos publicado asunto de Marisol de Gracia, una mujer que hace 15 años abandonó su casa de Aldea del Fresno tras discutir con su marido y nunca más se supo de ella.

En los últimos años también nos han impactado desapariciones de menores como la británica Madelaine o la del español Yeremi Vargas. La Guardia Civil siempre ha creído en el móvil sexual en este último. De hecho, han investigado a tres pederastas escoceses que por entonces vivían en Las Palmas y que algunos vecinos afirmaron haberles avistado el trágico día en el que Yeremi desapareció. Ahora se encuentran en prisión. Cuando les visitaron a la cárcel no quisieron colaborar con los agentes españoles, pero sí lo hicieron con Madelaine.

Vericuetos y variables que, salgan o ya no salgan en los periódicos, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad tienen que seguir confirmando, cerrando caminos que no llevan a ningún sitio y abriendo otros con más luz. Desde hace unos años además cuentan con la ayuda del proyecto Prometeo, en el que una serie de profesionales de criminología y ciencias forenses ayudan a los familiares de víctimas de crímenes sin resolver y desapariciones a encontrar nuevas pistas o reabrir casos utilizando las últimas y más avanzadas técnicas de investigación de una forma altruista. Todo es poco para llevar un poco de esperanza a las familias. El de Eva Blanco no será el último que se etiquete como ‘caso cerrado’.

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