Siete artistas se enfrentan cada noche a un escenario sobrio, carente de detalles, con un único instrumento: el baile.
Si el flamenco, el break dance, el hip hop y el tap claqué, parecían estilos difíciles de combinar, seis bailarines y un percusionista demuestran en el Teatro Arenal que la fusión de estas tres danzas puede dar lugar a un gran espectáculo: Hermanos de Baile.
El éxito de esta representación, que se estrenó hace dos meses, ha llevado a los organizadores a prorrogarla hasta el 1 de febrero.
El baile como desafío
Dicen de Hermanos de Baile que se trata de un “espectáculo rebelde y pasado de revoluciones” que transcurre en una ciudad cualquiera de un país cualquiera. Allá donde los artistas callejeros se hacen su hueco a base de desafíos y comuniones nocturnas. Mientras unos vuelan, otros reptan y los de al lado contorsionan sus figuras hasta llegar al éxtasis del triunfo. La calle vela a los ‘sin nombre’, que destilan arte, picardía y ese puntito de mala leche para que no les quiten su rincón. Una avenida, una plaza, el verde de un parque,…, en cualquier sitio nace un desafío con ritmo y pasión.
Seis bailarines de raza
El ritmo y el arte sobre las tablas del Arenal lo ponen seis profesionales convertidos en ‘hermanos’ para la ocasión. Raúl Ortega y Kelián Jiménez son los flamencos. Dos nombres que han formado parte de algunas de las compañías más prestigiosas en el género.
Rubén Sánchez y Ludovico Hombravella son el dúo que domina el tap claqué; y, el break dance y el hip hop corren a cargo de Héctor “Hope” -premio al mejor coreógrafo en el campeonato de Europa de 2004- y Guille Vidal-Ribas. El percusionista Israel Jiménez completa el elenco del espectáculo.
