Para conmemorar el centenario del fallecimiento de Ruperto Chapí, el Teatro de la Zarzuela pone de nuevo en escena varias de las obras de este gran músico. La primera de ellas, El rey que rabió, zarzuela cómica en tres actos que se estrenó en 1891 con un éxito apabullante. Triunfo al que contribuyeron el tema -un monarca joven que abandona su palacio haciéndose pasar por pastor- y su música, muy próxima a la opereta francesa.
La versión actual, que estará en cartel hasta el 11 de enero, es de Luis Olmos y se basa en la versión crítica de 1996 de Tomás Marco, que buscaba limpiar de adherencias extrañas este clásico.