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Javier García Isac: «Lo políticamente correcto es lo menos correcto en política»

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Una persona que viene del mundo de la empresa privada, ¿cómo fue ese trayecto a lo largo de su vida para luego derivar en el mundo de la comunicación?

Empecé a trabajar muy joven y, a la vez que trabajaba, estudiaba Derecho. Trabajaba a la vez que estudiaba para salir adelante y apoyaba a mi familia en todo lo que pudiera. Pero es cierto que la comunicación siempre me atrajo, quizás porque nací con el paladar roto y estuve muchos años sin poder hablar. Yo iba con una agenda escribiendo, entonces esa ansia de hablar y comunicarme me llevaban a no parar, cuando sobre todo de pequeño, nadie entendía lo que estaba diciendo. Luego pasé una hepatitis, en una época en la que cuando te entraba te encerraban en una habitación y me llevaban libros, periódicos…Desde muy jovencito estaba todo el día rodeado de libros y periódicos y siempre decía «esto es lo que me gusta». Lo que me gusta es generar opinión y también sé lo que no me gusta: que me manipulen. Y yo comparaba, leía con 12 ó 13 años muchos periódicos, y ya estaba comparando artículos, periódicos, cómo te contaban la historia y eso me generaba cierta inquietud. Me puse a trabajar en multinacionales pero desde hace unos 14 años, compaginaba eso con un programa de radio que estuvo en COPE.

¿Cómo fue su salto a las grandes compañías?

Bueno, yo en las grandes compañías empecé de botones, me formé desde abajo. Era el que llevaba el correo, movía las cajas, los paquetes y, a la vez, estaba estudiando Derecho. Una vez que acabo la carrera empiezo a tener otro tipo de cotas dentro de los departamentos de administración. Luego me ficha otra gran empresa en la que estoy once años y en esta última compañía compaginaba mi trabajo con mi afición a la radio. Era comentarista de algunos programas radiofónicos, en concreto de un programa llamado «Una hora en libertad», que lo dirigía un gran periodista y amigo como Alfredo Casquero. En ese programa estaba gente como Jorge Cutillas. Yo entré y al cabo de dos meses me vi dirigiendo el programa y, a la vez, produciéndolo. En esa época estábamos en COPE Madrid 2, luego nos fuimos durante un periodo muy corto a EsRadio, de ahí pegamos el salto al Grupo Intereconomía donde estuvimos 5 temporadas y en la actualidad, ese programa, que se sigue emitiendo, «Una hora en libertad» (que es mentira porque son dos horas), lo hace en Cadena Ibérica. Actualmente soy el director de los servicios informativos. Empecé de contertulio y, al final, acabé dirigiendo.

Alcanzó un puesto de alta responsabilidad dentro de la empresa privada.

Sí, pero igual de alto que llegas igual de alto que caes. Llegué a ser Director de Servicios Generales en una gran compañía, con cerca de 60 personas trabajando conmigo. Esta empresa se sigue dedicando al mundo de la auditoría y la consultoría. Sigo manteniendo un buen recuerdo de mi paso por estas empresas. Estas empresas te acaban formando, el nivel es muy exigente y la rotación es alta. Yo concretamente, me tiré once años en cada una de las grandes compañías donde trabajé.

También participó en una película.

Soy un amago de actor aunque no tan malo como Willy Toledo. Participé en la primera película de Pedro Pablo Zancajos e hice un pequeño papel donde interpretaba a un director de personal. El protagonista de la película era Óscar Ladoire, estaba también Lucía Hoyos. Yo era director de personal y a Óscar Ladoire le daba la mano y le despedía. A partir de ahí su vida cambiaba, llegaba a su casa y su mujer le estaba poniendo los cuernos. Eso me dejó marcado porque el director me dijo que yo valía para esto pero cuando llegué a casa diciendo que lo dejaba todo para dedicarme al cine, me dieron dos collejas y mis ilusiones se vinieron abajo tan pronto como llegaron.

Hablemos de Una hora en libertad y del hecho significativo que hizo que se conociera en toda España. Ese instante en el que el General Monzón hace reto en directo a Willy Toledo. ¿Cómo vivió esa situación?

 

Hay que conocer al General Monzón. Estaba muy ofendido por las palabras de Toledo cuando dijo que se cagaba en la Virgen del Pilar. El General Monzón, como buen católico, se sintió muy ofendido y le dijo que le retaba a muerte. Luego ya en la mesa de la tertulia, cada uno empezó a decir una cosa sobre si sería en el estadio Calderón, Bernabéu o Nou Camp y yo le dije que me ofrecía a ser su padrino, cosa que sigo manteniendo. Comentamos que Willy Toledo podía llevar a Zapatero. Fue un momento que tuvo mucha repercusión. El programa ha tenido momentos épicos. Por este programa han pasado gente como Salvador González Lacruz, gente como Alberto Hernández Cler, economista de referencia. En la actualidad, tú también eres un colaborador habitual, el gran Patxi Junquera también pasa mucho por el programa, el General Monzón, Juan Manuel Pozuelo, hay un gran elenco de colaboradores.

También hubo otra gran polémica que se generó a nivel nacional, un enfrentamiento con Cárdenas. Él casi cogía tu programa como parte del suyo. ¿Cómo vivió esa experiencia?

Con Cárdenas hubo un mal entendido, todo quedó finalmente, en unas risas. En su programa se mofaron de mi manera de hablar, algo de lo que me siento muy orgulloso. A mí no me importa que imiten mi manera de hablar, que por cierto, entiendo que sea un poco gangosa y des
agradable, pero entiendo que haya niños a los que sí les puede importar. Le ocurrió a Beatriz Carvajal y también a Arévalo, cuando hacían imitaciones. En el programa de Cárdenas, varios de sus colaboradores imitaban su manera de hablar y hubo gente que se sintió muy ofendida que me escribió. Me sentí en la obligación de decirle a Cárdenas: «Oye, que te mofes de mí, me trae sin cuidado pero tienes que ser más sensible con niños de 12 y 13 años a los que puedes marcar». Él, cariñosísimo y educadísimo, pidió disculpas. Es cierto que nuestro programa le ha dado mucho juego al suyo, que por cierto, lo recomiendo porque hace un buen programa. Sigo manteniendo contacto con Cárdenas y nos escribimos de vez en cuando.

También llevó la comunicación de Álvarez Cascos, ¿cómo fue ese proyecto de un partido que surgió de la nada?

Con Francisco Álvarez Cascos tengo muchísima simpatía personal y a pesar de que tenemos diferencias ideológicas importantes me considero su amigo. A mí me lo presentan y en un momento dado se queda sin jefe de campaña electoral, me lo ofrece y le llevé la campaña electoral en Madrid. Recuerdo que sacamos un diputado a nivel nacional por Asturias y fue toda una experiencia. Te guste o no, trabajar con una persona que ha sido ministro de Fomento, vicepresidente del Gobierno, se esté o no de acuerdo con él en muchos aspectos, marca. De Cascos se pueden decir muchas cosas, pero una de ellas es que es una persona infatigable y muy trabajadora. A la vez es muy estresante, eso es verdad porque él no pide a los demás algo que él no haga primero. Fue otra experiencia gratificante de mi vida. Era un partido que acababa de nacer, que había ganado las elecciones asturianas y que por otro lado, había logrado un diputado a nivel nacional en las Cortes, yo creo fue muy importante.

No olvidemos que Álvarez Cascos es el Secretario General del partido.

Exacto, la gente se piensa que está retirado. No es diputado autonómico porque fue último en las listas pero sigue estando en Foro de Ciudadanos.

También has llevado la comunicación de grandes proyectos deportivos. Cuéntanos la famosa anécdota que tuvo con La Demencia.

Todo el mundo sabe el gran respeto que tengo hacia el Estudiantes. También sabe mucha gente que soy socio del Bayern de Munich. Mi cerebro es una gran tortilla de patatas. En 2008, estando Javier Tejedor de presidente de Estudiantes, me ofreció que llevase la comunicación del club y estuve 6 meses. En la actualidad sigo colaborando con Tejedor en un proyecto llamado Sentimiento Estu, para recuperar los valores del Estudiantes. Hay una famosa anécdota donde había una rueda de prensa y había gente que iba a abuchear a la rueda de prensa (no sé si era La Demencia) y venían encapuchados con la pancarta. Entonces yo me levanté de la mesa donde estaba dando la rueda de prensa, estaba si creo recordar con Carlos Montes y estaban todos callados. Yo dije que a mí no me importaba que la gente gritara pero que lo que nunca iba a permitir es que 4 energúmenos con pasamontañas portasen una pancarta con la cara tapada. Les dije que se descubrieran, que a mí nadie me amenazaba con la cara tapada. Hubo un pequeño enfrentamiento, cogieron y se fueron.

También me gustaría que nos comentaras tu relación con el Real Madrid. Las buenas relaciones que tienes con el ex presidente Lorenzo Sanz, Míchel Salgado, etc.

Soy socio del Real Madrid en fútbol y en baloncesto del Estudiantes. También soy socio del Bayern, soy simpatizante, por motivos familiares, del Rayo Vallecano, aunque gran parte de su afición es para darle de comer aparte. Siempre he defendido la figura de Lorenzo Sanz como presidente del Madrid, independientemente de otras consideraciones, siempre me pareció un buen presidente que sí sabía de fútbol. Te podía gustar más o menos, pero sabía de fútbol. Me gusta la gente que sabe de fútbol y es directa, los que no me gustan son los pusilánimes y las medias tintas. Luego, los hijos de Lorenzo son maravillosos, como Fernando, Paco, Lorenzo Jr. Con Paco y Patxi Junquera retransmitimos partidos de fútbol donde es un despelote. Tengo muy buena amistad con toda la familia Sanz-Durán.

Hablando del mundo de la comunicación. ¿Cómo observa a las grandes agrupaciones de medios solapando muchísimas cosas que suceden en España? ¿Crees que tenemos en España libertad de información?

Vamos a ver. Hace unas semanas me entrevistó un gran periodista, Enrique de Diego. De Diego ha sacado un periódico digital llamado Rambla Libre y me hacía una pregunta similar a la tuya. La comunicación en España está secuestrada, el periodista no es libre, está sujeto, no tiene iniciativa, que es lo políticamente correcto. Lo políticamente correcto es lo menos correcto en política. Tenemos 2 grandes grupos de comunicación: por un lado, el que forma La Sexta con Atresmedia y por otro lado, Mediaset, (Telecinco y Cuatro). Esos dos grandes grupos de comunicación están pensados para que cada uno de esos canales dé el gusto a un público conservador y a otro, iba a decir progresista, pero en este país ser progresista es ser retrógrado. El periodista está secuestrado, excepto periódicos auténticamente libres como puede ser EL DISTRITO o el diario YA, el resto está secuestrado. Las grandes cadenas de radio, todo. Si te das cuenta, los contertulios que van a la televisión dicen siempre lo mismo y van haciendo bolos. Por la mañana están una hora en un sitio, por la tarde en otro y por la noche cambia a otro lugar. Todos con el mismo mensaje que suele ser el que el partido de turno, que está a disposición de ese medio, quiere.

Recientemente ha salido una noticia donde se dice que Eduardo Inda ha sido denunciado por hablar de determinados dossieres…¿qué opinas sobre esta cuestión?

El periodista no es libre, por desgracia. El que es libre se tiene que marchar a medios muy minoritarios si quiere decir lo que desea decir. El periodista se debe a la opinión pública y sobre todo, a la verdad. Cuando se maneja información y se da de una manera o de otra, sesgada, eso ya es manipular la información. Puedo entend
er que un periodista, previo pago, hable siempre bien de unos grandes almacenes, porque hay que vivir, yo en eso no entro. En España lo ha hecho mucho El País, cuando todos decían que era el diario independiente de la mañana.

Hay una frase mítica tuya sobre los famosos Pactos de la Moncloa, «donde nada se pactó y todo se cedió…».

Esa frase la llevó diciendo mucho tiempo el amigo Santiago Velo Dantelo, editor del actual diario YA. La verdad es que uno no tiene más que ver lo que ha sucedido en los últimos años para darse cuenta que todo se cedió. No se pactó nada. A mí cuando me dicen que Suárez hizo lo complicado, que Carrillo hizo lo complicado…estoy en desacuerdo. Adolfo Suárez hizo lo fácil y eso era ceder. Vamos a decir que España es indivisible pero también que en ella caben muchas nacionalidades. También diremos que el sistema autonómico español, que es el cáncer de este país, es incuestionable.

Según su opinión, en la Constitución se aprobó una cosa y la contraria.

Claro pero ya no es sólo ese el problema. Es que en los últimos 40 años sólo ha tenido una sola lectura, por eso digo que todo se cedió. Cedió España ante los separatistas, ante los nacionalistas, ante ETA. Ahora se habla de que ETA ha vuelto a las instituciones cuando siempre estuvo en las instituciones, desde las primeras elecciones.

Ahora mantiene una agria polémica con cierto político vasco que lo ataca como radical por decir que ETA fue una banda asesina.

El señor Anasagasti, que todos sabemos que es miembro del PNV, el partido de los negocios vascos. El PNV no quiere la independencia lo que desea es seguir luchando contra España, que es donde vive bien, para seguir tejiendo sus negocios. ETA fue la escisión del PNV. El PNV, al igual que el PSOE y gran parte de la izquierda de este país, como el partido comunista, han sido tremendamente comprensivos con los crímenes de ETA. En unas declaración que me saca en una programación vasca a raíz del programa que dirijo, que es Territorio Lince, el informativo de Cadena Ibérica de 7.00 a 11.00 horas, hice unas declaraciones diciendo que ETA y PNV tienen las manos manchadas de sangre a raíz de que a Miguel Ángel Blanco, le negaran un merecido homenaje en Vitoria. El alcalde de Vitoria dijo que no se lo hacía porque no había nacido allí y el PSOE lo refrendó. Eso me encabronó tanto que dije que eran culpables, que tenían las manos manchadas de sangre porque se puede ser criminal por acción o por omisión y todos sabemos lo comprensiva que ha sido la izquierda en este país con el mundo etarra. Vamos a quitarnos todos la careta, el PNV ha sido cómplice de ETA al igual hasta bien entrado los años 70. Girauta contaba en un libro que él militaba en el PSC, en el año 86, y en la sede del PSC, el día que asesinan al comandante Ynestrillas celebraron brindando su muerte. Esto lo cuenta Girauta en su libro. Por eso salió tan desencantado del PSC, aunque tardó ocho años en abandonarlo.

Llama la atención la frase con la que inicia siempre su programa donde dice que no es un programa para pusilánimes…

A mí me gusta la espontaneidad. Llevo pocas cosas preparadas. Los programas que intento hacer tienen un objetivo: no dejar a nadie indiferente. Que un tío te ame o te odie, lo peor es que un tío se quede como cuando escucha a Isabel Gemio o Julia Otero. Yo digo que mi programa no apto para pusilánimes, para mediocres, para mierdas…si yo fuera un pusilánime no escucharía lo que yo digo.

Por último, me quedo con una frase…¿Qué es lo que decía Johnny?

Lo que decía John Rambo a su colega es «vivir día a día» y sobre todo algo muy importante que no nos creamos todo lo que escuchemos porque posiblemente sea mentira.

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