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Hernán Cortés no mentía: Se descubren nuevas pruebas sobre el holocausto azteca

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Los conquistadores que llegaron a Tenochtitlán con Hernán Cortés volvieron contando terroríficos relatos sobre la capital del imperio Azteca. El más espeluznante de ellos describía una torre hecha con miles de cráneos humanos. Durante siglos se pensaba que la torre era una leyenda, pero desgraciadamente para la humanidad es muy real.  

Decía recientemente  el  presidente de RTVE, José Antonio Sánchez:

«Lamentar la desaparición del imperio azteca es más o menos como sentir pesar por la derrota de los nazis en la Segunda Guerra Mundial. La cultura azteca era un totalitarismo sangriento fundado en los sacrificios humanos».  

Y no le faltaba razón al señor Sánchez, el Imperio azteca fue una de las organizaciones políticas más sangrientas  y brutales de la historia. A lo largo del tiempo, los discípulos de la Leyenda Negra, y sobretodo el nuevo indigenismo vinculado generalmente a las ideologías más destructivas, han tratado de deformar la historia con la única intención de desprestigiar a los Conquistadores españoles. Personajes tan siniestros como Bartolomé de las Casas llegaron a decir falsamente que los españoles cometieron un genocidio aún mayor que el de los comunistas o  los nazis. Los libelos de este dominico paranoico, obras sin ningún valor históricos, sirvieron de base para desarrollar la mayor campaña de desprestigio que haya sufrido país alguno: La Leyenda Negra.  

Pero poco a poco la ciencia se va aliando con la verdad y vemos cómo pone en evidencia una y otra vez a los manipuladores profesionales de la historia. Se nos ha contado un millón de veces que los indígenas del Nuevo Mundo eran unas hermanitas de la caridad, mientras que los españoles eran salvajes barbudos sedientos de sangre, ocultando de forma obscena que las mayorías de las tribus precolombinas eran caníbales y realizaban sacrificios humanos. Así lo afirmaban las crónicas de la época una y otra vez. Sin embargo, los historiadores proindigenistas han ocultado estos textos históricos con la única intención de criminalizar a todos los españoles.
 
Ocultaron la verdad

Durante siglos se pensaba que la torre de las calaveras de Tenochtitlán, sobre la que el conquistador español Hernán Cortés y sus hombres contaron miles de historias, no era más que un mito. Recientemente, un equipo de arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México ha descubierto  una torre cilíndrica creada a partir de más de 650 cráneos y miles de fragmentos humanos junto al Templo Mayor. 

Según informó Reuters, la torre, que ha sido hallada cerca de la Catedral Metropolitana de Ciudad de México, uno de los lugares de culto más importantes del país, tiene seis metros de diámetro y cuenta con calaveras de guerreros rivales, pero también de mujeres y niños, según ha revelado el equipo de investigación.  

Por norma general, los aztecas asesinaban a miles de cautivos ya fuera para satisfacer a sus sangrientos dioses o simplemente para poder dar de comer a su población. Las cabezas de sus víctimas solían adornar los lugares públicos como ejemplo del poder azteca. ¿En qué consistía tan macabra costumbre? Después de seccionar la testa a los indígenas capturados, los sacerdotes, tras hacer agujeros en los cráneos, los colgaban unos junto a otros creando una torre. Este tipo de torre, fue conocida como ‘tzompantli‘.  

Según la información de Reuters, pese a que los arqueólogos han descubierto en el pasado algunos tzompantli en regiones como Chichen Itzá o Tulam nunca antes se había encontrado el más famoso de todos, el registrado por el soldado español Andrés de Tapia como Huey Tzompantli en 1.521, quien aseguraba que se encontraron una torre que contaba con más de 60.000 cráneos en su estructura.  

A pesar de que los proindigenistas han tratado de ocultar la verdad de estos horrores hasta límites insospechados, las excavaciones iniciadas por los arqueólogos a principios del año 2015 han descubierto los primeros 676 cráneos y la torre de seis metros de diámetro que demuestra que Hernán Cortés no mentía sobre los horrores que descubrió a llegar a la capital del Imperio azteca. Según han explicado los investigadores, se trata de la punta del iceberg, ya que esto es sólo un ejemplo de la crueldad que ejercían los mexican contra el resto de  tribus vecinas. Hasta la fecha no se sabe con exactitud qué se guardaba en el centro de estas estructuras, por lo que es uno de los próximos retos del equipo de arqueólogos.  

En definitiva, la llegada de Hernán Cortés al actual México significó el fin del canibalismo y de los sacrificios humanos, al igual que la llegada de los aliados a Europa significó el fin del horror nazi. No le faltaba razón a Sánchez cuando afirmaba que la presencia de los españoles en el Nuevo Mundo simbolizó el fin de uno de los imperios más crueles y sangrientos de la historia como fue el azteca.

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1 comentario en “Hernán Cortés no mentía: Se descubren nuevas pruebas sobre el holocausto azteca”

  1. El supuesto hecho de que los aztecas hicieran ritos antropogáficos, no justifica el genocidio de Castilla en América.
    Que tristes los argumentos de los negacionistas..como siempre de la mano de pseudociencia y pseudohistoria.

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