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Lissavetzky denuncia el cierre de la biblioteca de Canillas

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El portavoz del grupo municipal socialista, Jaime Lissavetzky, ha emplazado hoy a la alcaldesa Ana Botella a negociar con la Fundación de Caja Madrid, dependiente de Bankia, la apertura de las bibliotecas cedidas al Ayuntamiento de Madrid y que permanecen cerradas porque no se les ha dotado  de personal. Lissavetzky ha apremiado a la regidora a abandonar su “actitud perezosa”, que le mantiene “ensimismada en su despacho” mientras se niega a mediar con otras instituciones mejoras para Madrid. Mejoras como las que precisa la red de bibliotecas, no sólo afectada por la reducción de centros disponibles y la falta de dotación de recursos, sino también por el desfase tecnológico que sufren ya que, en algunos casos, se impide a los usuarios utilizar ordenadores portátiles.

Lissavetzky se ha desplazado esta mañana hasta la carretera de Canillejas, en el distrito de Hortaleza, donde hasta hace unos meses permanecía abierta una biblioteca de la Obra Social de Caja Madrid. Después de ser cedida al Ayuntamiento, el equipamiento se ha cerrado por falta de personal para atenderla. El concejal del PSOE ha señalado que el caso de Canillas se reproduce en otros muchos puntos de Madrid y simboliza la pésima gestión de los recursos culturales municipales. En este sentido, ha destacado que, en la biblioteca de Canillas, se han invertido 600.000 euros para su reciente reforma.

Acompañado por los ediles Ana García D’Atri y Francisco Cabaco, Lissavetzky también se ha referido al delegado de las Artes, Fernando Villalonga, cuya actuación considera más propia de un “delegado de Comercio que de las Artes”, dado que no ha sido capaz de mantener abierto un equipamiento cuando ya se había  conseguido la parte más difícil: la inversión para remodelarla.

El cierre de la biblioteca de Canillas es un paso más en una política de gestión de bibliotecas  que Lissavetzky ha tildado de deplorable y que, en la actualidad, ni siquiera cuenta con una figura responsable para estos equipamientos. De las 14 bibliotecas que mantenía la Obra Social de Caja Madrid, sólo permanecen abiertas dos: una en Villaverde y la de La Casa Encendida, debido a la singularidad del centro.

La capital, con 31 bibliotecas, mantiene uno de los ratio los más bajos de España: una biblioteca por cada 70.000 habitantes. Ciudades como Alcorcón se mueven en ratios de una dotación por cada 24.000 vecinos.

El número de centros disponibles no es el único problema. Lissavetzky describe un panorama de bibliotecas cerradas como la de Casa de Fieras en Retiro; constantes reclamaciones de los lectores que denuncian el deficiente mantenimiento, climatización e insonorización; desfase tecnológico y la negativa a dotar a los barrios de nuevos centros, salvo el previsto en Orcasur. Asimismo, el PSOE ha denunciado que no se ha instalado el libro electrónico en la red y que se prohíbe a los usuarios utilizar ordenadores portátiles y móviles para acceder al servidor municipal, que tiene instalado además filtros de acceso que impiden consultas.

“Madrid es el centro financiero de España y Ana Botella debería aprovechar esa oportunidad para negociar con los empresarios”, sostiene Lissavetzky. En su opinión, la alcaldesa tiene una actitud “perezosa”, que compagina con su intención de dar prioridad al pago de los bancos en las cuentas de la ciudad. Al respecto, el portavoz socialista recordó que los presupuestos municipales destinan el 24% del dinero a pagar deuda bancaria fruto de años de despilfarro, en vez de poner en primer lugar la atención a los ciudadanos.

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