Agentes de la Guardia Civil del Puesto de Daganzo de Arriba han detenido a un hombre que simuló ser víctima de una extorsión para ocultar que realizaba movimientos bancarios en la cuenta de su pareja sentimental, informó hoy el Instituto Armado.
El arrestado es J.C.P.M., madrileño de 35 años de edad, acusado de los delitos de denuncia falsa y simulación de delito. Ya ha sido puesto a disposición judicial. Los hechos por los que este hombre ha sido detenido se remontan a principios del mes de marzo, cuando una mujer presentó una denuncia en el Puesto de Daganzo de Arriba por un supuesto delito de estafa bancaria.
Según manifestó, desde julio del año pasado su banco le había efectuado varios cargos por valor total de 5.000 euros, unos movimientos que ella aseguraba que no había realizado. Los agentes de la Guardia Civil comenzaron las investigaciones, localizando a las pocas semanas a la persona que había sacado el dinero, un varón residente en Paracuellos del Jarama.
Las pesquisas también revelaron un dato que resultó imprescindible en la resolución del caso: ese hombre era la actual pareja sentimental de la denunciante, que había realizado el movimiento bancario sin conocimiento de su novia.
Al citarle en dependencias oficiales con el fin de aclarar los hechos ocurridos, el hombre declaró que era víctima de una extorsión y que por ello su novia desconocía todo lo relacionado con los movimientos que se estaban produciendo en su cuenta bancaria. Al parecer, esa extorsión era realizada por su ex-mujer y la actual pareja de ésta, que le exigían dinero a cambio de no agredir a su hija.
Los agentes del Área de Investigación reforzaron la vigilancia sobre este hombre y su familia, ante el temor de que los presuntos extorsionadores decidieran consumar sus amenazas. Pero tras varios días de trabajo, la Guardia Civil concluyó que esas amenazas eran falsas, por lo que se citó de nuevo a la presunta víctima para que aclarase algunos extremos aún no resueltos.
En su segunda declaración, el hombre incurrió en numerosas incoherencias, y terminó confesando la invención de la extorsión. Su fin era disimular ante su novia por el dinero que había sacado de su cuenta sin su consentimiento.
