Uno de los miradores de Madrid, el Faro de Moncloa, volverá a abrirse al público a partir de enero de 2010, cuando finalicen las obras que se están llevando a cabo para adaptarse a la nueva normativa antiincendios; así como mejorar la accesibilidad dada la estrechez de sus escaleras y algunos otros problemas con la tensión eléctrica. Los trabajos de mejora de este skyline han costado unos 3,27 millones de euros provenientes del Fondo Estatal de Inversión Local. Así, se ha instalado un ascensor más ancho y un montacargas en el exterior para permitir la limpieza de la fachada; se han ampliado las escaleras; se han sustituido los acabados deteriorados y se ha habilitado un vestíbulo de acceso al ascensor principal. Además, se han adecuado los espacios ajardinados del entorno del faro.
Por su parte, las obras se han llevado a cabo debido a que el Faro de Moncloa siempre ha sido un edificio al que le ha acompañado la polémica. Y es que, al poco de su inauguración, en 1992, el fuerte viento hizo caer algunas de las planchas metálicas que recubrían la torre, situadas en las partes más altas y que pesaban varias toneladas, por lo que en aquella época hubo que añadir ya remaches para reforzar la sujeción de dichas planchas.
