La teniente de alcalde y delegada de Medio Ambiente, Ana Botella, ha destacado, en la inauguración del II Congreso de Mujeres Directivas, celebrado en el Centro Cultural de Moncloa-Aravaca, el papel de la mujer en la transformación de España. Botella ha recordado que la Constitución de 1978 retomó el camino hacia la igualdad iniciado con el reconocimiento del derecho al voto de las mujeres en 1931 gracias a Clara Campoamor. “Desde entonces, el progreso de nuestra sociedad ha ido estrechamente unido a un creciente protagonismo de la mujer en todos los terrenos”.
La delegada recordó que hoy trabajan en España un 8,2 millones de mujeres, lo que contrasta con los 3,5 millones que trabajan en 1978. Un gran cambio en el que es significativo el salto dado entre los años 1996 y 2004, en los que la tasa de paro femenino se redujo a la mitad, pasando de un 30,14% a un 14,55%. Sin embargo, reconoció que “sigue habiendo barreras intangibles que limitan el pleno desarrollo de las mujeres, que representamos el 60% de los graduados universitarios, pero seguimos estando infrarrepresentadas en los puestos de toma de decisiones económicas”.
Y “lo preocupante", añadió, continuó, "es que parecen estar frenándose los avances conseguidos en este terreno". Según un reciente estudio elaborado por la empresa de recursos humanos ICSA en colaboración con la escuela de negocios ESADE, entre 2008 y 2011 el número de directivas en los organigramas de las empresas españolas se ha reducido de un 19% a un 12%; las mujeres con mandos intermedios bajaron del 32% al 26,8%, y las empleadas de base han descendido del 50,5% al 41,8%. A la menor presencia se suma, además, la discriminación salarial.
En 2010, directivas, empleadas y mandos intermedios cobraban entre un 9,7% y un 12% menos que sus homólogos masculinos por el mismo trabajo. Una horquilla que en 2008 estaba entre el 12% y el 17%. Botella afirmó que las nuevas generaciones arrancan desde un punto de partida mucho más avanzado que las anteriores, pero aún les queda mucho camino por recorrer en igualdad salarial, conciliación familiar y en superación de los estereotipos que persisten y encasillan los papeles que pueden desempeñar. Por ello animó a las asistentes al congreso a “que cada una de vosotras, desde las diferentes responsabilidades que ejercéis en el día a día de las organizaciones de las que formáis parte, continuéis esforzándoos por gestionar el talento y el capital humano de una forma más equitativa entre hombres y mujeres y, por tanto, más eficiente y productiva”.
