Los vecinos del barrio de Argüelles no dan crédito a lo que en los últimos tiempos se está convirtiendo su barrio. Era una zona de “gente que siempre hemos vivido adaptándonos a todo aquello que estaba a nuestro alrededor y ahora nos sentimos mal porque vemos que el entorno se está degradando”. Con esta impotencia relataba a EL DISTRITO Conchita, una vecina que ha vivido toda la vida en este barrio, la situación en la que se encuentran ahora. Y es que, desde que los fines de semana se ha cerrado al tráfico el Paseo de Camoens, la prostitución se ha trasladado hasta la zona de la calle Arriaza, esquina con la calle Irún. “Se trata de un puesto fijo ya, por lo que genera más tráfico”, asegura Isidro Santos, vocal socialista del distrito. Por esta razón, este grupo político animado por los vecinos, llevó al pasado Pleno del distrito una proposición para que las instituciones solucionaran esta cuestión, que además de tráfico genera “problemas de inseguridad a los vecinos y mala imagen para el barrio”. La Junta aseguró que “la Policía Municipal ya había acudido a la zona, y había redactado un informe”. No obstante, “los vecinos consideramos que esto deben hacerlo con carácter preventivo y no a posteriori”, sentencia Conchita.
El problema de la prostitución en la zona “puede agravarse si acaba extendiéndose y llegando a la Cuesta de San Vicente, porque además, este es un lugar por donde pasa mucho tráfico”, asegura la vecina. La manera en que podría solucionarse esta situación, según apuntan los residentes, sería mediante un sistema de control establecido. “Por ejemplo, poniendo un coche de control de alcoholemia en esta zona, ya que así las prostitutas no se atreverían a acudir aquí”. Otra de las opciones que proponen los vecinos es poner una denuncia en el apartado de sugerencias y quejas del Ayuntamiento de Madrid, aunque aseguran que es cierto, que no suelen contestar.
Por otro lado, los residentes en este entorno privilegiado de Madrid, también se quejan de la ausencia en la recogida de basuras, que como ha explicado Santos, se debe “al recorte que le han hecho a esta partida en el presupuesto madrileño”. Además, al encontrarse tan cerca del Centro de Acogida San Isidro, muchas de las personas que deambulan por aquí son gente que no tiene un domicilio habitual y que, claro está, hace sus necesidades en la calle, ensuciando la zona, por lo que pedimos que pongan urinarios públicos en los alrededores del centro”.
