Paseando por los diferentes puestos podías embarcarte en un pequeño viaje por España y llevarte de cada lugar lo mejor de su gastronomía.
Un enorme horno funcionaba sin parar en la panadería gallega, donde se podían conseguir riquísimas empanadas de diferentes ingredientes. Cerca, Asturias ofrecía lo mejor de su cocina: no podía faltar la sidra, las patatas al cabrales o sus exquisitos chorizos.
En otro puesto, las protagonistas eran las conservas; Cantabria estaba también presente con sus famosas anchoas de Santoña; los quesos manchegos; la cecina de León, la chacina extremeña, etc. Casi todas las comunidades han tenido su hueco en este mercado.
Los golosos también tenían su sitio, con los puestos de caramelos y dulces artesanos.
Además, los niños han podido disfrutar de juegos tradicionales, teatro y cuentacuentos.
En resumen, una fiesta para recibir con la tripa llena al buen tiempo que por fin ha llegado a Madrid.