La reciente remodelación de la M-30 ha hecho que el Puente de la Lira se haya convertido en una vía peatonal y ciclista que permite a los ciudadanos pasar de Moratalaz al barrio de la Estrella. Una idea muy acertada si no fuera porque en vez de hacer todo el puente de una vez, justo en el tramo que enlaza con Moratalaz, éste se convierte en “una pasarela mucho más estrecha y sin apenas luz”, como explica Antonio, uno de los vecinos de la zona. “Tampoco sé por qué razón no han hecho este tramo recto sino en una especie de absurdo zigzag que se come buena parte de la acera de la calle Ramón Areces. Total, una chapuza”, continúa Antonio.
Lugar idóneo para el ‘botellón’
Algunos vecinos aseguran que este puente se ha convertido en uno de los lugares preferidos de los jóvenes para pasar las tardes haciendo botellón. “Por eso amanece todo lleno de latas, botellas, tapones de bebida o bolsas de frutos secos tiradas por ahí”, cuenta Pilar, vecina que utiliza el puente con asiduidad. “También es verdad que desde hace dos semanas todo esta mucho más tranquilo y hay menos botellas y cristales por el suelo pero también es verdad que las paredes están llenas de grafiti. Lo que hace falta es que pongan alguna papelera porque no existe ninguna en todo el puente y que haya más vigilancia”. Pero Pilar va más allá y reconoce su temor a estas reuniones nocturnas de adolescentes: “me llama mucho la atención que se permita hacer ‘botellón’ en un puente situado encima de la M-30. Hay que tener mucho cuidado con eso porque no me extrañaría nada que un día les diera por lanzar objetos a los coches que circulan por debajo y pueda ocurrir algo peor”.
