La Ley Antibotellón ha traído problemas a la música ya que impide a los menores acudir a salas de conciertos donde se sirve alcohol. Por ello, la sala Silikona ha creado una alternativa para estos jóvenes: conciertos sin alcohol todos los domingos. Desde allí explican que se les ocurrió la idea porque llamaban muchos grupos de jóvenes señalando que no tenían dónde poder tocar. Ahora, según los encargados, esta sala se llena todos los domingos. La gente ha acogido esta iniciativa con ilusión y mucha de la gente que viene un día suele repetir la semana siguiente. Además, para cumplir con la legalidad, no venden ni muestran publicidad de alcohol, tienen unos horarios más acordes con este público, no cobran alquiler a los músicos y les facilitan al técnico.