Quizá muchos vecinos de Moratalaz desconozcan que entre las iglesias que tienen en el distrito, hay una que es una auténtica obra de arte, muestra de vanguardia y que cuenta con una gran personalidad arquitectónica. Se trata de la Iglesia de Santa Ana y la Esperanza, ubicada en la calle Cañada número 35, diseñada y construida en 1965 por el arquitecto Miguel Fisac.
Fisac la construyó como un homenaje a su hija Anaick, que murió a los 6 años por una partida de vacunas de polio en mal estado. Junto al sagrario, una escultura de una niña sujetando una vela es el recuerdo de esa hija fallecida.
La Iglesia de Santa Ana llama la atención por su sobriedad y su estructura. Está construida en hormigón, con la cubierta hecha con vigas-hueso (huecas), colocadas de manera que permite que la luz natural llegue al presbiterio.
Otra de las características que hacen a esta iglesia especial es la peculiar forma de su planta. Es la primera iglesia que Fisac hizo de acuerdo con los principios del Concilio Vaticano II. Hasta entonces el cura daba la misa de espaldas a los feligreses, pero tras el Concilio, la idea era la de aumentar la participación de los fieles. Para ello, la mejor forma para la planta era la de un corro, que es la distribución natural de colocación para escuchar de manera participativa.
De Santa Ana no sólo destaca la iglesia en sí, sino que ésta es solamente un elemento más de un interesante complejo parroquial presidido por una esbelta torre y configurado en torno a patios y espacios ajardinados.
