Los vecinos del Camino de Vinateros con Arroyo de la Media Legua en Moratalaz, han conseguido
avanzar un paso más para impedir la construcción de un Ahorramás junto a sus viviendas. La Audiencia Provincial de Madrid ha ordenado la demolición y paralización de las obras del muro de carga, junto a la fachada del edificio, porque no respetaba la distancia mínima de tres metros que marca la normativa.
A pesar de esto, las consecuencias de las obras son "dramáticas", según José Antonio García, presidente de la Comunidad de Propietarios del Arroyo de la Media Legua 56. Y es que las vistas de los pisos 1ºB y 1ºC aún se seguirán viendo afectadas, aunque el muro de carga y descarga sea demolido. El siguiente paso a seguir es que el torreón construido en las obras sea "destruido en su totalidad", según José María Díaz, uno de los vecinos del primer piso más afectados. Además, José María apunta a que la licencia de obras es "ilegal porque no tiene sentido adosar una licencia de vallas a una obras meses después, porque una obra se empieza con una licencia de vallas"
Las próximas acciones que seguirán los vecinos de la Media Legua es demandar por la vía civil que se cumpla la separación de un torreon de las obras, para que también se ajuste a la normativa y cumpla la distancia de separación. Por su parte los vecinos de Vinateros 40, reclamarán lo mismo, pero en este caso con la rampa preparada para el acceso de vehículos al centro.
Una "salvaje agresión"
La construcción del Ahorramás en Moratalaz constituye para los vecinos "una salvaje agresión, porque no solo pierden valor las viviendas, sino que algunas no tendrán valor alguno", apunta el presidente de la comunidad de vecinos, quien añade que esto es consecuencia de "una licencia concedida de forma irregular que cuenta con la aprobación de la Gerencia de Urbanismo".
Actualmente la obra cuenta con una prorroga hasta el 5 de agosto de 2012 y Ahorramás está tramitando una modificación de la licencia de obras. El cambio está siendo valorado actualmente por los servicios técnicos para ajustar que los elementos de la obra "no interfieran en los edificios colindantes y mejorar la seguridad de utilización de la plaza de uso público", explica Norberto Rodríguez, director general de control de la edificación.
Los vecinos no cesarán en su empeño de que junto a sus casas haya una plaza pública y no un edificio que les impida ver más allá de su balcón.
