Llegará un momento en que, cumpliéndose con los deseos de muchos ciudadanos, el papel de los intermediarios desaparezca. En el mundo del cine y de la música, hablamos de las discográficas y productoras que se encargan de promocionar ante el público a determinados artistas, grupos o películas, a cambio de astronómicas cantidades de dinero. Esta cadena ya empieza a no ser rentable; y matar al mensajero va a resultar lo más rentable para los artistas. Ahora, ese papel lo empezarán a jugar los grupos de fans que, de manera altruista y desinteresada, siguen fielmente a sus ídolos, haciendo la mejor de las promociones, sin lugar a dudas. Este nuevo fenómeno publicitario nace en Long Island (EE.UU.), a mediados de los ochenta; recibe el nombre de Street Teams y se organizan a través de Internet y las nuevas redes sociales, ahora tan de moda.