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B.B.King

Víctor Vázquez

Ha regresado B.B. King a España como el gran Mesías del blues que es. Última gira europea. La despedida de quien seguirá tocando, pues es feliz como un niño con las seis cuerdas sobre el regazo. No cruzará más el charco cuando cumpla en semanas los 85 años. Girará y girará por Estados Unidos hasta el día en que, como él dice, le reclame el de arriba.

Los bluesmen del delta del Mississippi siempre se han movido con sorprendente coherencia entre la canallería y el sermón, entre el prostíbulo y la iglesia, calaveras que terminan de reverendos tras una docena de hijos y algo de trena en sus vividas espaldas, poniéndole una vela a Dios y otra a Robert Jonhson, buscando el cruce de caminos en la Biblia después de esconder su mojo en el fondo de un cajón; ese mojo pagano que han hecho con algo de tierra del delta del río, un hueso de gato negro y una raíz de Juan el conquistador. No hay duda de que están hechos de una madera especial, como nuestros flamencos auténticos.

La pobreza que sufrieron toda la vida, hasta empezar a ser reconocidos a finales de los sesenta, cuando tenían que hacer muchos días sesión doble de concierto en dos pueblos cercanos para sobrevivir; la esclavitud (B.B. King trabajaba en un campo del algodón diez horas al día y seis días a la semana detrás de una mula); el racismo atroz de una época pasada pero cercana en los estados sureños. Todo eso, los ha convertido en un ejemplo de lucha, en músicos sinceros, en personas con una integridad apabullante donde el rencor que sería tan comprensible no logra cuajar su semilla amarga.

A Madrid ha venido de la mano de los 46664, la fundación de Mandela, que a sus casi 92 años es uno de los referentes éticos a nivel mundial. Qué importa que el concierto del Price no fuera de los mejores de B.B. King. Es uno de los grandes, su voz es monumental y el sustain de Lucille se mantiene erizante, aunque la edad obligue a descargar más peso en la banda de lo que nos gustaría.

Con ganas de más, la noche termina en el Honky Tonk. María estrena tacones e innovación: me pone el tequila con naranja. Y, como todos los miércoles, aprietan su power blues los TV Tones con guiño al maestro tocando "Riding with the king". Hoy ha sido un gran día.

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