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El yerno del Rey

Pablo Sagastibelza
A día de hoy todavía no se ha imputado –muchos menos condenado- a Iñaki Urdangarín por ninguna de las turbias cuestiones relacionadas con sus negocios que están saliendo en prensa desde hace tiempo, y el aún Fiscal General del Estado dice que el proceso se encuentra en fase incipiente. Hasta aquí todo es correcto; no sabemos dónde parará la investigación judicial por lo que no sería prudente hacer juicios antes de tener todos los datos. Para el yerno del Rey también vale la presunción de inocencia mientras no se demuestre la culpabilidad.
 
Dicho esto, conviene afirmar que la situación es grave. No se puede obviar que el Duque de Palma es el esposo de la Infanta Cristina (por eso ostenta este título), y que la otra Infanta, Elena, también tuvo problemas graves con su marido hasta llegar a la separación. La Familia Real y sus adláteres políticos deben ser extremadamente cuidadosos en sus temas públicos, pero también en los privados. Va con el cargo ya que ostentan la máxima representación de millones de personas con la subsiguiente responsabilidad.
 
Se puede decir con verdad que la Familia Real de Española no es lo que pueden ser los Marichalares o Urdangarines, Consortes Reales, pero al mismo tiempo es fallo gordo no cuidar los enlaces de quienes no son libres del todo para hacer lo que les dé la gana con sus vidas privadas. El estatus real conlleva limitaciones inherentes a la naturaleza del oficio que desarrollan para España, para el Reino de España, no lo olvidemos. No es serio tener que cambiar la foto de la Familia Real cada vez que uno de los consortes la pifia.
 
Lean lo que se dice en http://www.casareal.es/doninaki/index-ides-idweb.html: Iñaki Urdangarín “en los últimos años, ha cultivado el interés por las cuestiones sociales y culturales, amén de las deportivas, intentando establecer caminos de diálogo entre unas y otras. Actualmente forma parte de los consejos sociales de diversas fundaciones españolas e internacionales, tales como la Fundación Balia por la infancia, la Fundación Equipara, y la Fundación Eisenhower Fellowships”.
 
Quien firma este párrafo es la Casa Real que es la que tiene la información sobre el interesado, ¿no es sensato pensar que esta misma Casa Real ha cometido un grave error al no estar al corriente más a fondo de las actividades del Duque de Palma?
 
Veremos dónde acaba todo esto,… ¿sólo nos queda doña Leticia?

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