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España es de centro-derechas

Es cierto que algunas mentiras, de tanto repetirse, se hacen realidad. En Sociología de la Educación, por ejemplo, se habla de la “profecía auto-cumplida” cuando un estudiante, por ejemplo, piensa “voy a suspender” y finalmente suspende; o cuando un profesor cree que uno de sus alumnos es bueno o malo, y finalmente, esa profecía se cumple (básicamente, porque el profesor, inconscientemente, ayuda o no a dicho alumno).

En España, se oye frecuentemente que quien ganó las elecciones fue el centro izquierda y la izquierda. De hecho, Podemos y otros grupúsculos de izquierdas, repiten expresiones como “mayoría social”, “construir el pueblo”, “gobierno del cambio”, con la vana esperanza que, de tanto repetirlo, se hagan realidad.

Pero la verdad es otra. España es de centro-derechas. No sé si en porcentaje de votos, pero sí en escaños. Sumemos: 123 del Partido Popular, 40 de Ciudadanos, 8 de CiU, 6 del PNV, y 1 de Coalición Canaria. Igual a 178 diputados, frente a 172 de izquierdas. Lógicamente, hay que sumar los 40 de Ciudadanos al centro y derecha de este país si leemos atentamente su programa electoral y, en general, su política de pactos en varias comunidades y ayuntamientos. El que los socialistas les llamen “muleta del PP” y los populares les califiquen como “muleta del PSOE”, no hace sino certificar su adscripción al centro político, a un necesario espacio que pueda entenderse con la derecha moderada y la izquierda moderada.

El problema del centro-derecha español lo retrató en 1989 ya el ABC en una recordada portada: una mesa de billar en la que las bolas eran los partidos nacionalistas PNV y CiU, más el entonces CDS, y una bola blanca que era el PP. Es el PP, con Mariano Rajoy o quien le suceda (sí, porque el PP es como una Monarquía en la que los líderes se suceden, no se eligen), quien debe hacer la “carambola” con las bolas para conseguir el gobierno. Sin el apoyo de los nacionalistas, es imposible. Y yo veo necesario y deseable que el PP hable con PNV, CiU y CC para lograr su abstención a un gobierno PP-Ciudadanos. En ese diálogo, sería inteligente y deseable que el PP ofreciera una salida “digna” al callejón en el que se ha metido CiU y le salve del abrazo del oso que le están haciendo en Cataluña ERC y CUP. Me parece que si el País Vasco tiene un concierto económico especial, no hay ninguna razón para que también lo tenga Cataluña. Con eso se conseguiría dividir al independentismo atrayendo a CiU al redil español. Y, por carambola, el gobierno del Reino para el PP-C’s.

Y, además, opino que Iglesias debe irse.

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