En estos meses se ha hablado mucho de la irrupción de Podemos y Ciudadanos en el panorama político español y del supuesto bien del bipartidismo PP-PSOE (o PPSOE como se le llama en las redes sociales). Desde mi Distrito Libertad, el análisis que hago es que hasta las pasadas elecciones europeas, el sistema político español era un bipartidismo imperfecto entre un partido conservador, el PP, y un partido socialdemócrata, el PSOE, con más puntos en común en los temas económicos que desacuerdos en los temas sociales. Califico este bipartidismo como imperfecto porque existía también un centro potente formado por UPyD y los nacionalismos periféricos, y una izquierda residual formada por IU.
La irrupción de Podemos y Ciudadanos en las Europeas ha sido vista por algunos analistas como el “fin del bipartidismo”. Los politólogos creyeron que íbamos a un sistema multipartidista parecido al italiano, con pactos difíciles y mayorías imposibles. Desde este Distrito, yo disiento. Las declaraciones de Pablo Iglesias y Albert Rivera, y las actuaciones en Andalucía, hacen que me decante por un nuevo bipartidismo. El que ahora se configura es un polinomio PP/Ciudadanos – PSOE/Podemos, con un centro residual o a punto de desaparecer formado por UPyD, y una izquierda también residual formada por IU. Hay que destacar que los nacionalismos han abandonado definitivamente el centro para echarse al monte.
En este “nuevo bipartidismo”, Ciudadanos actuaría como moderador o centralizador del PP (dejando libre la puerta a que Vox tenga representación), y Podemos sería la radicalización del PSOE, dejando prácticamente fuera a IU. Solo habrá que ver los acuerdos postelectorales que se produzcan en Comunidades y Ayuntamientos para confirmar que Podemos pactará con PSOE y Ciudadanos con PP. Evidentemente, no serán pactos de legislatura, pues, al menos, hasta las elecciones generales, ni Podemos ni Ciudadanos querrán “contaminarse” con los partidos “del régimen del 78”.