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Mayo fiestoso

Los madrileños vivimos todos los años por estas fechas una situación poco común y, aunque agradable, no del todo lógica. La casualidad de las efemérides hace coincidir en nuestra ciudad tres festivos durante este mes que se unen a la Semana Santa recién terminada. Esto ha convertido los meses de abril y mayo en una sucesión de semanas incompletas y descansos laborales intermitentes, salteados de forma alterna con semanas completas.

Desesperante el reparto de fechas. Accidental, pero engorroso. Cierto es que, dentro de lo que cabe, podría ser peor. Siempre puede  ser peor. Y además ningún reparto va a resultar nunca a gusto de todos. En este caso el descontento soy yo, pero si se cambiase seguro que otros.

Seguramente podríamos decir que es una suerte tener estos días festivos aquí. Sin embargo, dado que el número de festivos anuales es el mismo, la consecuencia es que durante el resto del año tenemos una escasez de fiestas laborales que hacen que muchas épocas del año se hagan más largas y cansadas. Especialmente se nota durante el primer trimestre del año que, terminadas las numerosas fiestas del mes de diciembre (otro mes igual de saturado de festivos) no disfrutamos de ningún descanso hasta la mencionada Semana Santa. Si estas fiestas, como en este año, se celebran más tarde que en otras ocasiones, sufrimos el doble perjuicio de arrastrarnos de forma cansina durante las últimas jornadas del primer trimestre, y juntar demasiadas festividades en menos de un mes, de forma que no se necesita ni se disfruta igual el descanso que cuando lo echas más de menos. En definitiva, teniendo todos el mismo número de festivos en España, en nuestra Comunidad y, especialmente en nuestra ciudad, los tenemos mucho peor distribuidos.

Si encima uno por cuestiones laborales tiene la suerte de poder tomar “un puente”, que en el caso del 1 y 2 de mayo ya es más largo que la Semana Santa, pues entonces se pueden organizar incluso unas vacaciones o minivacaciones en este mes. Eso está bien (bueno, está muy bien, para qué negarlo) Pero creo que estaría mejor tener los festivos un poco mejor distribuidos. Entre esta abundancia de mayo para los madrileños, y la posterior que disfrutamos todos los españoles en diciembre y enero, al final tenemos un montón de días amontonados y luego épocas muy largas sin ningún descanso especial, que también se agradece.

Como trabajador encima tampoco me beneficia mucho esta situación. En muchos trabajos actuales, de oficina y similares, las tareas hay que hacerlas sí o sí. Cuando hay una fiesta el trabajo de ese día, o bien queda hecho antes de irte, o se encuentra encima de la mesa a tu vuelta. Sin más. Y esto le pasa a mucha gente. Con lo cual, una congestión de días no laborables así en tan poco tiempo nos compromete más que nos ayuda. La de “arreglillos” que tenemos que hacer algunos en este periodo para no acabar con una pila de papeles pendientes que nos amargue el regreso.

En cualquier caso, juntos o no, que disfrutéis estos días de la mejor forma posible. Y quien pueda pillarse un “puente” o, mejor, quien se pueda montar un “acueducto” o una semana de vacaciones completas (por tres días te coges nueve) pues que sepa que da mucha envidia.

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