También, hace muy pocos días, hablaba con un compañero de columna y nos decíamos que convendría escribir sobre otras cosas, que este tema ya es demasiado aburrido por abundante y repetitivo. Quizá nosotros mismos alimentamos el deseo compulsivo de política y política.
Pienso que, a pesar de las elecciones que tenemos en el horizonte próximo, sería oportuno acostumbrarnos a abrir el abanico de temas, incluso más allá del deporte o la economía…: arte, religión, costumbres, sociedad, naturaleza, ocio, música, cine, literatura… Se hace necesario que en 2011 oxigenemos nuestras mentes con algo nuevo, que vaciemos un poco las conversaciones de Congreso, Senado, Crisis y Liga, y las llenemos de algo más. Ayudará mucho a la salud mental general (la Ley Antitabaco -que se llama de una manera políticamente correcta- es complemento de salud en otra línea). No se trata de abandonar esos temas, que tienen su importancia, sino de sumar algunos nuevos al repertorio habitual. Incluso, bastaría con no politizar todo lo que nos rodea: hasta los toros son bandera de partidos.
Un feliz año nuevo puede significar un deseo de despolitizar, de revitalizar nuestras mentes y conversaciones. Desde estas líneas eso deseo a todos y hago el propósito de poner límite a lo fácil, que es escribir siempre sobre política y los políticos (supongo que en período electoral habrá que hacerlo, pero intentaremos ceñirnos a esas pocas semanas). Es cierto que la crisis nos ahoga, y que no hay brotes verdes desde hace demasiado tiempo, pero la vida es más rica que todo eso, y nuestra imaginación poderosa para crear nuevos temas, nuevos enfoques que abran nuestras mentes a la salud.
