El despertar de este Domingo está siendo diferente. Los churros están tan crujientes como siempre, pero un pequeño nudo en el estómago te impide saborearlos. Por otro lado es lo normal, no todos los días vas a ser nombrado Rey. Rey por un día; exactamente Rey por un Domingo. Y es que este Domingo vas a ir al Hipódromo, a las Carreras de Caballos, el deporte de los Reyes. Siempre has tenido ganas de ir, la gente que conoces que ha acudido al Hipódromo te ha comentado lo divertido del plan. Hay emoción, riesgo, belleza, plasticidad. Un mundo por descubrir, pero por una cosa u otra, lo ibas dejando…y este Domingo por fin…Sí, está decidido; quieres saber cómo es aquello de lo que todo el mundo habla
Ciertamente el aparcamiento no puede ser más cómodo, bien indicado y cerca de la puerta de acceso. Hasta el último momento dudaste si no ir en autobús, un servicio gratuito que da el propio Hipódromo desde Moncloa. El recinto llama la atención, cuidado hasta el más mínimo detalle. Alguien te ha comentado que las tribunas son un monumento de interés nacional, una verdadera joya de la arquitectura y del diseño; parece que se estrene hoy, pero 75 años lo contemplan. El ambiente es realmente agradable. Familias con niños que jugando en los castillos hinchables no prestan la más mínima atención a los caballos, jóvenes matrimonios charlando animadamente, ponys paseando a los más pequeños, grupos de amigos escudriñando hasta el último detalle del imponente físico de los caballos mientras analizan la revista especializada… Ya están todos los caballos paseando delante del público en un ring, que los expertos llaman paddock. Realmente son animales espectaculares. Los hay nerviosos, tranquilos, claros, oscuros cada uno con su personalidad y aspecto. El numero 5 es precioso, y creo que me ha mirado. Sí, ese es la elección. Su chaquetilla blanca y roja me gusta, son los colores de mi equipo de futbol. Será mi caballo por un rato. Por unos minutos soy el orgulloso “propietario” de un pura sangre. Tras echarle unos euros subes a la tribuna a ver la carrera. Está llena, pero no hasta el punto de ser incomoda. Salen los caballos… ya están en la recta final y se acercan a la meta. El público anima a sus favoritos, por un momento parece que ganara el 5, pero al final es sobrepasado. Ha quedado tercero. Una pequeña decepción, pero nadie dijo que ser rey fuera fácil. De nuevo en el paddock, vuelves a elegir un ejemplar. Esta vez compras las revistas especializadas, y lees las opiniones de varios expertos. Levantas la vista y ya están los caballos. Hay una yegüita, que nerviosa y pizpireta relincha alegremente. Se la ve contenta, confiada. Ves a un conocido.“Juega al 3, hombre”te recomienda con la seguridad que da haber pasado muchas mañanas viendo caballos. Le ignoras. “Que sabrá él de presentimientos, corazonadas y sobre todo de ser un Rey”. Vas a las taquillas de apuestas. Nervioso, esta vez decides vivir más de cerca el espectáculo, bajas al borde de la pista. Se da la largada… se acercan los caballos, ya están en la recta final. Los cascos retumban en la hierba… ¡¡¡ Tu potrita va primera!!! Chillas, la animas, desearías poder salir a empujarla a la propia pista. Y esta vez sí que sí. Tu yegua se impone en un ajustado final. Has ganado. Te has coronado por fin. No cabes de gozo, madre mía, que espectáculo. Te encuentras con tu conocido, al que le comentas que lo veías claro, que has acertado el ganador. Te mira con admiración. “Hasta mañana, Don Carlos”, te despides. En el trabajo será tu jefe, pero aquí el Rey eres tu.
Y comodijo Serrat, te vas pensando en volver. Es fascinante. El próximo Domingo más. Un espectáculo de Reyes, donde tu podrás volver a ser el el Rey por un día.
*Las carreras de caballos se celebran en el Hipódromo de la Zarzuela (A-6, Km 8) desde el 5 Marzo hasta el 3 de diciembre, comenzando en marzo la primera carrera a las 11.30 horas
