Ante la casi segura convocatoria de nuevas elecciones generales para junio de este año, conviene reflexionar sobre a quién vamos a votar y por qué.
Empecemos por el PP, el partido con minoría mayoritaria en las últimas elecciones. No diré que los populares –apelativo poco apropiado porque solo le han votado el 28% de los españoles- no tienen méritos a sus espaldas para que pensemos en votarles. Han conseguido revertir la destrucción de empleo y empezar la recuperación económica y han legislado bien en algunos temas (como la LOMCE, para mi gusto). Son serios, trabajadores, fiables y absolutamente grises. Pero también tienen deméritos: sus dirigentes locales, autonómicos e incluso nacionales están “tocados” por una corrupción generalizada en su partido. Su presidente ni siquiera ha intentado la investidura ofrecida por el Rey. Y no han reducido el déficit pero sí doblado la deuda exterior de España. Desde mi punto de vista, NO al PP (pero abierto a que puedan participar en alguna coalición).
En cuanto al PSOE, tampoco diré que son una panda de inútiles. Pedro Sánchez mejora algo en comparación con Zapatero, se le ve menos vacuo. Ha intentado una investidura con unos y otros. Ha conseguido pactar 200 medidas con Ciudadanos (a los que tachó en la campaña electoral de “la derecha”). Sus políticas socialdemócratas son erróneas, pero tras 21 años de gobiernos socialistas, los españoles hemos aprendido a sobrevivir a los mismos sin que el país se vaya al garete. Como demérito, señalaré su negativa a hablar con el PP de una gran coalición y su manía en querer acordar algo con Podemos, que es el mayor enemigo para la democracia desde que ETA se presentaba a las elecciones bajo la marca Herri Batasuna. En conclusión, NO al PSOE (pero abierto a que puedan participar en alguna coalición).
¿Qué decir de Podemos que no haya dicho ya? Son falsos, hipócritas, teatreros, demagogos, populistas, bolivarianos, pro iranís, anti constitucionalistas, anti demócratas, republicanos, marxistas, estatalistas. Y, además, unos guarros. Todo lo que odia un liberal lo representa Podemos. Pero, claro está, defenderé hasta la muerte que puedan ver derrotadas sus ideas en el Parlamento por la votación de todos los demás. En conclusión, NO a Podemos y NO a su participación en ninguna coalición con los demócratas.
Finalizo con Ciudadanos. Creo que ya he manifestado mi apoyo tanto a su programa económico, político, de regeneración y de apoyo a la unidad de España. Su líder, aunque afectado y presumido, es el único que ha jugado un papel digno intentando negociar con el PP, primero, y con el PSOE, después. Han sido capaces de pactar 200 puntos con el PSOE, entre ellos la maravillosa supresión de las Diputaciones y la reforma de la Ley Electoral. En conclusión, SÍ a Ciudadanos, y además defiendo que sumen lo que sumen, será bueno que estén en cualquier gobierno de coalición que se plantee. Por salud democrática.
Y, claro está, no a ningún partido secesionista, nacionalista y regionalista. Y entre estos incluyo tanto al PP como al PSOE… Y, además, opino que Iglesias debe irse.
