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Los pequeños comerciantes están «asfixiados» por Mercamadrid

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Cientos de personas pasean y compran a su antojo en el gran mercado de Europa, Mercamadrid. Los pequeños comerciantes de los barrios colindantes se sienten "asfixiados", porque se permite prácticamente el libre acceso a particulares, denuncian desde la Asociación de Empresarios de Latina y Carabanchel (Aselac). Esto obliga al hostelero a comprar menos cantidad de género, puesto que parte de su clientela acude a este recinto a adquirir productos.

Los vendedores de Mercamadrid atienden del mismo modo a particulares y profesionales que acuden a comprar, "lo que va en detrimento de los comercios de alimentación que se sienten ahogados", añaden desde Aselac. En este sentido, esperan que desde el Ayuntamiento de Madrid se tome alguna medida al respecto para no verse obligados a echar abajo la persiana de sus negocios. "De hecho hay una línea de autobús para que puedan moverse de una nave a otra, lo han preparado para que la gente vaya de compras, esto es sangrante para nosotros ", se lamentan desde la Asociación.

Personas fumando en el recinto

El casi libre acceso de particulares a Mercamadrid ha sido constatado también por el portavoz de UPyD en el Ayuntamiento de Madrid, David Ortega, quien pudo contemplar in situ como "no existe un control serio y riguroso de la Policía Municipal, en la zona de carnicería se veía algún profesional identificado, pero en la zona de frutas y verduras poquísima gente". Además, "en las naves de Mercamadrid no se puede fumar y vimos a varias personas haciéndolo", apunta Ortega.

El descontrol es total cuando circulan tráileres por Mercamadrid a cualquier hora del día, cuando deberían acceder solo de madrugada, a lo que se unen los distintos atropellos que han sufrido varias personas, "el Samur ha recibido ya varias llamadas al respecto", revela el portavoz de la formación magenta.

Recaudación y ampliación del mercado

Al arrancar el 2014, el consistorio anunció la congelación para este año de las tarifas de ocupación de los puestos en los mercados centrales de pescado, frutas y carnes de Mercamadrid y en la nave de polivalencia, una medida también aplicable a los 17.000 vehículos que a diario acceden al polígono. A pesar de esta buena noticia, muchos profesionales se quejan de que se les cobre una tarifa de parking, en función del tonelaje del vehículo, cuando van a adquirir el género, "una medida totalmente recaudatoria, es como si el comercio cobrara al cliente por entrar a comprar", denuncia un hostelero que acude allí a diario. De hecho, muchos de ellos coinciden en la idea de que esto sirve "para cobrar por la deuda de los terrenos que tiene Mercamadrid al otro lado de la M-40, al estar participada en más de la mitad por el consistorio, estos quieren sacar pasta", añade este profesional de la alimentación.

Esos terrenos están destinados al desarrollo tecnológico de Mercamadrid, pero en opinión del concejal socialista, Gabriel Calles, "todas las operaciones especulativas con Mercamadrid ya no revierten en la ampliación del mercado". En este sentido, Calles expresa su "enorme preocupación por el desembarco de los amigos de Ana Botella", porque los comerciantes ven como el Ayuntamiento "tira la toalla" y no invierte en la ampliación de Mercamadrid, lo que provoca que "grandes empresas no confíen en el Ayuntamiento y no se instalen allí". La solución pasaría por una clara apuesta por el "crecimiento y modernización", según Calles, quien añade que si no se toman medidas Mercamadrid podría estar "abocada al fracaso".

Empresa para paliar la deuda

El Ayuntamiento de Madrid transmitió en diciembre de 2010, en la etapa del alcalde Ruiz Gallardón, el usufructo de sus acciones en Mercamadrid a Madridec por 188 millones de euros en un periodo de 21 años. El consistorio cuadró sus cuentas con esta operación financiera, pero al coste de hipotecar a la empresa municipal con una deuda inasumible. Las acciones de Mercamadrid iban a reforzar a Madridec, pero se obtuvieron pocos beneficios a causa de la crisis. La enorme deuda, fruto de la Caja Mágica y de la operación de Mercamadrid, terminó por dilapidar a Madridec en quiebra técnica. Un Plan de Viabilidad pasó por deshacer la operación de Mercamadrid, devolviendo el usufructo de las acciones al Ayuntamiento a cambio de unos 170 millones de euros. La alcaldesa de la capital, Ana Botella, presume de disponer de un superávit de 879 millones, pero la deuda de la capital supera actualmente los 300 millones de euros.

Lo que sí es cierto es que Mercamadrid ha registrado cifras positivas de crecimiento en su volumen comercial durante el último año. Los números de esta empresa mixta son espectaculares, ya que superan los 4.000 millones de euros y el gran beneficiado es el Ayuntamiento de Madrid, que cuenta con una participación del 51,1%, mientras que el 48,6% pertenece a Mercasa, empresa pública de la Administración del Estado, cuyos accionistas son la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

La adquisición del 51% del usufructo de las acciones de Mercamadrid por parte del Ayuntamiento, "ha servido para paliar su enorme deuda", en opinión de David Ortega. Lo que es cierto es que este gran mercado es un negocio redondo para el Ayuntamiento, pero con un descontrol absoluto y falta de apuesta por el desarrollo.

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